[ May 2019 ] Mi mamá cumplió años mientras estábamos en Japón este año.
Fue raro que justo estuvimos con ella el día de su cumpleaños así que aprovechamos y celebramos todos juntos.
Primero fuimos a Suntory Hall en Tokio para escuchar el concierto del Coro de los Niños de Viena, sugerido por mi hermana.
La sala fue inaugurada en 1986, exclusivamente como una sala de conciertos, y fue la primera vez que yo la visitaba.
El auditorio tenía una forma inusual y no se podía distinguir en que piso estabas.
Yo creí que era interesante así que saqué una foto del lugar antes de que comenzara la función y me regañaron por eso.
Según mi hermana, en Japón hay muchos lugares donde no se pueden tomar fotografías, incluso antes de que comience la obra.
Me pregunto por que…
El Coro de Niños de Viena fue amado y respetado en Japón por muchos años ya.
Aparentemente, se fundó en 1498, así que tienen una historia muy larga.
Usualmente se dice que tienen «voces de ángel». Eso no fue dicho como una frase creada por cualquiera, sino que la dijo Toscanini, el famoso director italiano.
Actualmente tiene 100 miembros, que tienen entre 10 y 14 años. Son niños que estudian y viven en Palais Augarten, Viena.
Están divididos en cuatro grupos.
El grupo que fue a Japón este año fue el Bruckner.
El Kapellmeister (director) del grupo era el Sr. Manolo Cagnin.
Lo buscamos en internet y encontramos que es italiano.
La mitad del concierto consistió en música religiosa y la otra mitad en música pop.
En algunos momentos algunos niños caminaban hacia el frente y leían las explicaciones de algunas de las canciones en japonés. Era obvio que no entendían lo que estaban diciendo, pero había un niño que leía japonés fluido, era el mas pequeño.
Nos enteramos que era japonés.
Cuando yo tenía la edad de estos niños, teníamos la imagen de que el coro no solo cantaba excelente sino que sus integrantes eran muy bonitos y tenían el pelo rubio.
Pero esta vez había de todo.
Habían varios niños asiáticos y las alturas eran variadas.
De acuerdo con la información online, en los 60 aceptaban solo a un 6% de los niños que audicionaban pero ahora aceptan al 30-50%.
Luego de disfrutar del coro nos fuimos a Tokyo Sky Tree.
Habíamos reservado una mesa en un restaurante francés, llamado Brasserie Aux Amis, ubicado en el piso 30 de Solamachi, el complejo que se encuentra al lado del Sky Tree.
Como Solamachi es enorme, nos perdimos, así que llegamos mas tarde de la hora de la reserva, pero no hubo problema.
Mi hermana había reservado una mesa al lado de la ventana y me enteré mas tarde que para estar al lado de la ventana había que pagar un extra de 1.000 yen (£7.32, €8.16, $9.28) por persona.
Bueno, no hay punto de ir allí si no te vas a sentar al lado de la ventana.
La vista no era tan espectacular como la que se tiene desde la punta del Sky Tree, pero de todas formas era muy linda.
La vista del atardecer fue lo mas atractivo del restaurante.
La comida era buena.
Pedimos el menú degustación con muchos platos franceses pequeños, como caviar y paté de hígado.
Sirvieron la torta de cumpleaños al final, que había sido pedida con anticipación.
En el plato decía «Felíz cumpleaños» escrito en chocolate.
Había un mozo francés así que le pedimos que lo escribiera en francés.
Me gustó ver que mi mamá disfrutó de su día.