[ Sept.2018 ] En el pueblo de Leópolis, oeste de Ucrania, lo primero que visitamos fue el museo al aire libre de casas de madera que habían sido traídas de aldeas del oeste ucraniano.
El guía del museo nos llevó a recorrer.
Aparentemente habían 100 construcciones en este lugar y la mas nueva era la casa en la que entramos primero.
En una de las habitaciones había una exhibición de instrumentos musicales y el guía nos mostró como tocarlos.
Luego alentó a todos los visitantes a tocar los distintos instrumentos, así que entre todos hicimos un concierto improvisado.
El sonido era horrible pero estuvo divertido.
La siguiente casa que visitamos era la mas vieja del museo, fue construida en el siglo 17.
Había una sola habitación en esta casa y el guía nos explicó que la pareja dormía en la cama mientras que los chicos y las personas mayores dormían en la cocina.
Esto de dormir en la cocina era algo que ya habíamos escuchado el año pasado en la isla Kizhi en Rusia.
No había chimeneas en esta casa así que debía haber estado llena de humo.
La razón por la cual no había chimeneas es porque en esa época la gente que las tenía debía pagar impuestos.
También visitamos la iglesia negra.
Es de ese color porque la pintaron con una clase de aceite para reforzar el edificio.
La iglesia funciona aún hoy en día.
Los montes Cárpatos son parte del oeste de Ucrania.
Antes de que el azúcar se volviera popular, la miel producida en estos montes era muy preciada.
El castigo por robar miel era muy severo y algunas veces hasta llegaba a la pena de muerte.
En la comunidad habían creado un sistema de vigilancia mutua.
Luego de recorrer un poco mas tuvimos una clase corta de como hacer impresiones sobre tela.
En la tela se podían ver ya pintados algunos patrones tradicionales, nosotros le pusimos un poco de color simplemente.
Aparentemente esta era la forma tradicional de decorar polleras y manteles. En esos días, se utilizaban pinturas naturales, como cenizas por ejemplo, nosotros usamos acrílicos.
Nuestra amiga Alina, quien organizó el tour, nació en Leópolis.
Este museo era similar al jardín trasero de su casa cuando era niña.
Ella nos contó una anécdota sobre esta casa.
Sus abuelos eran originalmente de Astracán, Rusia, pero como su abuelo era militar fue enviado a la península de Kamchatka, y vivió allí muchos años.
Luego lo enviaron a Leópolis.
Justo ese era el momento en el que los polacos viviendo en Ucrania debían volver a su país y viceversa. A sus abuelos les dijeron que debían encontrarse una casa abandonada por una familia polaca.
Su bondadosa abuela encontró una casa grande y se la dió a una familia con chicos, y ellos se fueron a vivir a un departamento mas pequeño.
En el departamento había muchos bellos muebles antiguos que le pertenecían a la familia polaca pero no podían llevárselos. Así que la abuela usó sus ahorros para pagar los muebles y cuando el abuelo se enteró se enojó.
Recuerdo que cuando fuimos a Turquía me enteré de los intercambios entre los turcos y los griegos pero no sabía que algo similar había pasado entre los ucranianos y los polacos.
Fue la realidad para los abuelos de Alina, así que supongo que esto no es una mera página de un libro de historia para ella.