[ Dec.2008 ] Cogimos un taxi para que nos hiciese un tour por Yerba en Túnez durante medio día.
El conductor era muy hablador, el cual en ocasiones era repartidor de alfombras.
Visitamos y vimos la playa, donde había piezas de mármol, Carraramarbles, de Carrara, en Italia, estaban dispersos, 7 km de caminos romanos y tuberías de agua, gente recogiendo aceitunas con un traje particular con capas de rayas y sombreros de paja, y la refinería de olivos.
En el museo de la cerámica, conocimos a un anciano llamado Ali Berber, que adoraba ser fotografiado.
Aprendimos que la razón por la que usaban velas para bajar a la mina era para ver la condición de oxígeno.
El último destino fue la tienda de alfombras.
Aquí el conductor nos demostró su labia.
A mi amigo le lanzaron un hechizo y compró una alfombra muy grande.
Cuando iba a pagar, de repente se cortó el poder del hechizo y no pudo usar su tarjeta de crédito.
Le llevaron a un cajero automático más cercano en un coche, lo que me hizo sentir incómoda.
Ella pidió que le enviasen la alfombra a Japón y dijeron que tardaría un mes, pero oí después que la alfombra finalmente llegó a finales de febrero.
Al parecer la enviaron después de que mi amigo mandara en varias ocasiones recordatorios vía fax.