[ Junio 2017 ] Durante un fin de semana de junio, cuando la temperatura subió a 35 grados, hicimos una excursión desde Milán a Monte Isola, una isla en el lago Iseo, en Italia.
Nos llevó un poco más de una hora en coche llegar hasta la ciudad llamada Sale Marasino, donde cogimos un traghetto (ferry) a la isla.
La tarifa era de 5 euros por viaje de ida y vuelta, y lo pagamos en el barco.
Habíamos estado en el lago Iseo antes, pero quizás como nos hizo mal tiempo, me dio la impresión de que no era un lago especial, pero esta vez, bajo el sol brillante, el lago era realmente hermoso, incluyendo las maravillosas vistas de las ciudades en la orilla, no teniéndole nada que envidiar al Lago de Como.
La pequeña ciudad a la que llegamos era Carzano.
Fuimos allí porque reservamos mesa en un restaurante en la ciudad, pero había algunos otros pueblos en la isla y puedes llegar a través de diferentes rutas.
Hay una iglesia encima de una montaña en la isla.
En Carzano, sólo hay dos caminos, uno de los cuales sube a la montaña y el otro va alrededor de la isla.
Tuvimos un tiempo antes de la reserva en el restaurante, así que intentamos llegar a la cima de la iglesia en la montaña.
En el camino, vimos casas de granja, pero en general se trataba de un camino de montaña.
Subimos bastante, y vimos unas vistas preciosas, pero pasaba el tiempo y no sentimos que estábamos llegando a la cima en absoluto, así que decidimos volver abajo.
Hacía mucho calor.
Nos dirigimos al restaurante cuyo nombre era Locanda al Lago.
En el menú, había una foto antigua de 1955, así que este es un restaurante largo recorrido.
La mayoría de sus platos estaban hechos de pescado procedente de este lago.
Tenían algunos platos de carne, también, pero todos los productos eran locales.
Tenían un plato de salami de la misma zona, el cual nos intrigó bastante, pero decidimos elegir pescado, compartimos el surtido de pescados como entrante, que incluía truchas, que se parecían bastante al salmón, pescaditos pequeños, paté, y demás.
Probamos un pescado, muy salado, que me recordó mucho a un pescado japonés.
Como principal, tuve Bottarga Spaghetti.
Era el Bottarga de perca (Pesce Persico) del lago y sabor era muy diferente de la Bottarga de atún, pero era muy agradable sin embargo.
Mi marido eligió «pasta en el camino del pescador», que era la pasta llamada Trenette con salsa seca de sardina del mismo lago, también.
Nos dijeron que en todos los platos utilizaron aceite de oliva virgen extra proveniente del mismo área.
Casualmente vimos muchos olivos en la isla.
Así como las patatas, que habían sido cultivadas en la zona, y el vino, tenían un sabor asombroso, y un aroma sensacional.
Incluido el postre (tarta de merengue), la cuenta fue de 78€, lo que me paretic bastante razonable.
Me gustaría regresar a comer allí.
Además, aparentemente las personas de la isla están haciendo un experimento para mantener su propio vino local, Nautilus en las orillas del lago.
Allí la temperatura es siempre de 4 o 5 degree, la presión es regular y las pequeñas solar son buenas para la realización del vino.
El experimento es de 24 meses, así que la Proxima vez que vayamos allí, podremos probar el vino de las orillas del lago.