[ Otoño, 2005 ] Gastamos tiempo y dinero en nuestro último día en Armenia.
Primero, compré dos botellas de coñac armenio.
No eran el famoso ‘Ararat’, sino uno un poquito mejor, que costaba 4 dólares cada uno.
Después aquello, fuimos al mercado Vernissage.
Este es un mercado al aire libre vendían productos artesanales y antigüedades.
Allí compré un collar hecho de piedras locales (no puedo recordar el nombre) y un libro con la cubierta hecha de madera tallada intrincadamente.
En un puesto de tejer, me quedé atrapada con la inteligencia de una madre acompañada por su hija y terminé comprando un pedazo de textil viejo de Nagorno-Karabakh.
Según ellos, reiniciaron su tejido tradicional después de la independencia, pero en realidad nunca despegó, por lo que los que estaban vendiendo eran unicamente los viejos.
Por cierto, este último día del tour, algunos de los miembros tuvieron un problema estomacal.
Mi compañero de habitación era uno de ellos.
La razón fue que bebieron el agua de un manantial en la cima de la montaña un día antes.
Aunque estaba limpio, es mejor tener mucho cuidado con el agua que se bebe.
Fui prudente en no probar esta agua.
No tomé una buena foto del mercado, así que esta es una foto de una gran plaza en Ereván que también hice ese día.