[ Ago.2016 ] Este verano, mi madre vino y se quedó con nosotros en Europa para evitar el calor insoportable de Japón. Tuvimos unas pequeñas vacaciones todos juntos en Polonia. Como mi madre es mayor, pedimos opción de ayuda especial en los aeropuertos. Este es un servicio muy práctico, en el que transladaron a mi madre en una especie de silla de ruedas o carrito hasta la puerta de embarque. Mi madre habló con el señor que le llevó en el carrito y éste le comentó que se trataba de alrededor de 1 milla la distancia que estaban recorriendo. Gracias a este servicio, mi madre no se cansó y se trasladó fácilmente.
En esta casión en el vuelo dirección Varsovia los dos pilotos eran mujeres y el aterrizaje fue notablemente suave.
El hotel en Varsovia era un Marriott, un rascacielos cercano a la estación de tren. Nuestra habitación estaba en el piso número 32 con unas vistas estupendas.
El desayuno era muy bueno, también, especialmente el batido de fresa.
Me pareció que la formación del personal era muy correcta y completa en este hotel. En otras palabras, aunque no suene muy bien, sentí que hicieron su trabajo correctamente como se les enseñó, en lugar de con su propia bondad natural. Bueno, eso es bueno de todos modos.
Poco después de que llegásemos, nos fuimos a la estación a ver si podíamos conseguir los billetes de tren para el día siguiente.
Nos pusimos a la fila de la ventanilla, las instalaciones estaban un poco en mal estado y me pregunté si sería fácil hacernos entender. Pero la mujer de la ventanilla era muy agradable. Ella nos explicó todo en inglés sin ningún problema.