[ Julio, 2015 ] El lugar que fuimos todo el camino desde Roccella Jonica, en el sur de Italia, en tren era un pueblo llamado Scilla.
La estación de tren estaba cerca de la playa y desde allí podíamos ver la ciudad cuyas casas estaban apiladas en la colina.
Era una vista de la típica sur de Europa y me encantó.
Era un día muy caluroso pero subimos la colina, donde se encontraba la gran iglesia.
Los callejones eran pintorescos y no me importó caminar cuesta arriba.
Cuando llegamos a la cima, pudimos ver otra vista encantadora del otro lado.
Habíamos buscado por Internet, y esta ciudad era descrita como «Venecia en el sur».
Pude ver eso por lo que aquellas casas estaban de pie en el borde del agua.
También ajamos hacia esa parte.
Pero para aquel momento, mi energía se acabó y sentí mareada.
Fuimos al bar más cercano y algo de comer ligero para conseguir recargar las pilas.
Fue realmente un lugar agradable, así que pensamos en alojarnos una noche allí, pero por desgracia no tenía mi pasaporte conmigo.
Todo el mundo necesita un documento para mostrar su identidad en Italia a la hora de alojarse en un hotel.
El hombre en el bar se sorprendió al oír que caminamos arriba y abajo para llegar hasta la costa y nos dijo «Podíais haber llegado a la playa si hubieseis seguido ese camino».
Bueno, al menos disfrutamos de los callejones y la vista desde arriba.