Al día siguiente fuimos a los montes Cárpatos a pasar el día e la naturaleza, al sur de Leópolis, oeste de Ucrania.
Afortunadamente el clima estuvo fantástico.
El mejor amigo de Alina se nos unió para el tour así que nos subimos cuatro personas al auto de Alexander, el guía.
El primer lugar que visitamos fue la fortaleza de Tustan.
Había rocas elevadas hacia el cielo que me hicieron acordar a Bastei en Alemania, lugar que visitamos hace unos años.
Solía ser una fortaleza que se construyó utilizando estas rocas entre los siglos 9 y 14.
Vimos una cartel con información y había una recreación de la fortaleza, creada según sospechaban la que había sido su forma original.
Las estructuras de madera ya no estaban allí pero se veían algunos agujeros y grietas. Aparentemente había 4.000.
Según Alexander hay 7 lugares con este tipo de rocas en la región.
Había una vez una bruja en una aldea que tenía planeado casar a sus 7 hijas con los apuestos 7 hermanos del lugar.
Invitó a los hermanos a su casa y organizó un festín.
Hacia el final, ella les presentó a sus 7 hijas y los chicos retrocedieron.
Entonces la bruja les preguntó, «¿Quieren casarse o quieren ser convertidos en rocas?»
Los jóvenes decidieron ser rocas.
Es por esto que hay 7 rocas en este área.
Esto me recordó a una historia que habíamos escuchado en Escocia, en la cual unas jóvenes se convertían en montañas.
Tustan estaba hermoso, había parejas sacándose fotos para sus bodas y niños en viajes escolares.
Mientras estábamos allí Alexander nos dijo que el agua de la cascada que se encontraba cerca de ahí era buena para los ojos, así que nos lavamos la cara con ese agua.
Luego almorzamos.
Comimos una simple chuleta de cerdo en el restaurante del motel llamado «Svyatslav».
La moza era joven por lo que no tenía mucha experiencia y no fue muy atenta, pero el lugar era encantador y el río estaba ahí nomas.
Luego del almuerzo subimos a la montaña Vysokyi Verkh, de 1,241 metros de altura, con aerosillas.
El ascenso fue bastante largo, tardamos 40 minutos en llegar a la sima.
Aparentemente la aerosilla tiene 2.800 metros de longitud.
Claramente la vista no fue tan magnífica como la que tuvimos en las montañas del Cáucaso en julio, pero es una buena temporada para ver las hojas que se ponen amarillas por el otoño y contrastan con el azul del cielo.
En la sima de la montaña, así también como en Tustan, habían puesto vendiendo carnes asadas y algunas personas estaban haciendo picnic.
Aquí Alexander nos contó una historia: Durante la Segunda Guerra Mundial los locales hicieron un trato con los soviéticos que si les pagaban, ellos matarían a los alemanes.
El trato original eral 15 copecas por cuerpo, pero luego de la batalla hubieron tantos cuerpos que los soviéticos comenzaron a negociar.
Los soviéticos les preguntaron «¿10 copecas por persona está bien?» y los locales les respondieron «No, ya que le pagamos 10 copecas a los bielorrusos y nos quedaríamos sin un margen».
Eso me hizo reír.
Según Alexander hay hongos psilocibios en estas montañas.
El último lugar que visitamos en el día fue la cascada Kamianka.
Aparentemente en primavera el caudal de agua hace que la cascada se vea impresionante, pero en otoño no es la gran cosa.
Mas allá de eso disfrutamos mucho de nuestro día.
Además, antes de volver a Leópolis y tener una cena gregoriana, fumamos narguile en un café.
Según Alina los obreros turcos lo introdujeron en Ucrania y a los jóvenes locales les gustó.
Todos los cafés del pueblo parecen tenerlos.
Para mi fue la primera vez que fumé luego de Irán, hace muchos años atrás.
Mientras fumábamos comenzó a llover, a pesar de que el resto del día había estado soleado.
Alina nos contó que este área es famosa por su mal clima, así que tuvimos mucha suerte con el hermoso día que nos tocó.
[ Sept.2018 ]