[ Mar.2019 ] En nuestro último día en Milán, Italia, tuvimos muchas ganas de comer Cotoletta alla Milanese, así que decidimos ir hasta el restaurante llamado La Pesa1902.
Estuvo delicioso, como siempre.
La entrada fue jamón y salame, que estaba muy rico.
En el menú vimos muchos platos que llamaron nuestra atención así que la próxima que vayamos los vamos a probar.
Luego de comer todavía teníamos mucho tiempo antes de que nuestro vuelo saliera así que decidimos ir al área de Navigli, que no habíamos visitado por un tiempo.
Navigli es un pueblo nocturno para la gente joven, así que no lo encontramos muy especial durante el día para ser honesta.
Lo único que vimos era una gran y linda iglesia, así que fuimos allí.
De acuerdo al cartel informativo en la entrada, la iglesia se llama Basílica de Sant’Eustorgio y se dice que pudo haber sido fundada en el siglo 4 por San Eustorgius, quien era el arzobispo de Milán.
Aunque lo mas probable es que haya sido fundada en el siglo 6 por Eustorgius II, que fue su sucesor.
Aparentemente es una de las iglesias mas antiguas de Milán.
En sus comienzos la iglesia transfirió las reliquias de los tres reyes a Colonia.
En el siglo 13 la Orden de Predicadores se apoderó del lugar y lo cambió radicalmente entre el siglo 13 y 14, agregando la torre del campanario y otras cosas mas.
La última restauración fue realizada entre 1953 y 1966 y sus formas romántico-lombardas le fueron devueltas.
Luego de haber leído esto entramos y nos encontramos que era un espacio enorme y oscuro.
Atrás había una capilla que parecía una ruina.
En el corredor de uno de los lados había una mujer de mediana edad en un mostrador.
Ella llamó a mi marido y le dijo «La capilla al final del pasillo es la mas importante. Es tan importante como la de Santa Maria delle Grazie donde está la última cena de Da Vinci. Hay un cementerio antiguo abajo de la capilla».
Salió €6 entrar a esa parte, compramos el ticket porque la señora vendió el lugar muy bien.
Es la parroquia Portinari.
El panfleto que nos dió decía que la construcción de la capilla comenzó en 1462, cuando Pigello Portinari, un banquero adinerado que trabajaba para la familia Medici, se ofreció a crear el sepulcro de San Pedro de Verona.
San Pedro de Verona era un monje predicador que fue martirizado con un hacha en la cabeza mientras se encontraba trabajando en Milán.
Actualmente, se encuentra una estatua suya afuera de la iglesia con una espada en su cabeza, antes de leer esto me pregunté que sería.
Ciertamente valió la pena ver la capilla.
Era colorida y hermosa.
El ataúd de San Pedro estaba magníficamente decorado.
Aparentemente está hecho de mármol de Carrara y los pilares de soportes son de mármol de Verona.
Luego de eso fuimos al cementerio antiguo que se encontraba en el subsuelo.
Fue encontrado durante la excavación en 1950 y tiene una mezcla de sepulcros paganos, cristianos y alemanes, de acuerdo al panfleto.
Esta basílica enorme fue construida sobre un cementerio.
Hoy en día es un museo y alguno de los sepulcros estaban colgados de la pared.
Entre esos encontramos la piedra de un exorcista y la piedra de una mujer que había vivido mas de 100 años.
Para mi sorpresa la piedra de la mujer que había vivido mas de 100 años me resultaba familiar, así que lo investigué luego y encontré que uno de mis colegas había escrito sobre ella.
Según él, su nombre era Varicia Asteria.
Aparentemente en la piedra dice «Fiel madre y esposa. Vivió con su marido al rededor de 80 años, 6 meses y 21 días».
Interesante, ¿no?
Pasamos un momento muy satisfactorio allí.