[ Abr.2017 ] Fuimos a la Isla de Taketomi, que es una pequeña isla a sólo 10 minutos de la Isla de Ishigaki en Okinawa, Japón en ferry.
Es una costumbre para los turistas tomar un carruaje de búfalo de agua, así que en el puerto, los autobuses estaban esperando para llevarnos al puestecillo de los carruajes.
Por supuesto que estábamos planeando coger el carruaje, así que subimos en el autobús y fuimos a una especie de centro turístico.
Muchas personas parecían haber reservado una excursión incluyendo el transporte y el alquiler de bicicletas.
Sin esperar mucho tiempo, nos tocó el turno de subir al carruaje.
Estabamos juntos cerca de 20 personas.
El guía nos presentó a nuestro búfalo de agua, diciendo: «Su nombre es Ryu, es un chico guapo, pero el problema es que tiene mal temperamento. Si fuera un hombre, tendría poco menos de 30 años».
Después de aquello, habló sobre la relación que tenía con los búfalos, pero por supuesto también explicó cosas acerca de la Isla Taketomi.
Por ejemplo, la población de la isla es de aproximadamente de 365 personas, pero un tercio proviene de otras prefecturas.
El famoso Shisa (estatuas de león de Okinawa en el techo como gárgolas) fueron hechas originalmente por los fabricantes de azulejos con los materiales sobrantes, como un regalo a los clientes.
También nos enteramos de que las paredes de la ciudad aquí estaban hechas de corales y no eran fijos si no que simplemente apilados.
Entonces el guía sacó un Sanshin (instrumento tradicional de tres cuerdas de Okinawa) y comenzó a cantar.
Cantó dos canciones y la segunda fue bastante triste:
Una mujer lamenta su desgracia diciendo: «Me enamoré a la edad de 19 años pero terminé desconsolado. Por favor, déjame volver a mí mismo ser de 19 años» y la canción sigue respondiendo a eso, «Si hubiéramos podido hacer las flores florecer en un arbol muerto, podríamos haberlo hecho volver a 19, pero … «.
La música de Okinawa consiste en la escala de 5 notas, es decir, do, mi, fa, sol y si, por lo que suena muy exótica.
Después de una media hora de viaje, nos bajamos del carruaje, nos hicimos una foto con el búfalo de agua y luego nos dirigimos a la playa de Kondoi en autobús.
Le pregunté a la persona de la taquilla»¿Qué tal el autobús de la una?» Y ella contestó: «Pero tienes que reservar 15 minutos de antelación».
Al final, le tuve que pedir que revisara los asientos que tenía libres para la 1 de la tarde, y conseguimos entrar en el autobús.
En realidad, desde que llegamos a la Isla de Ishigaki , hemos tenido pequeños problemas similares de una manera o otra.
Parecía que mucha gente allí eran bastante rígidos y no flexibles, lo que me recordó a la gente de Finlandia.
De todos modos, la playa de Kondoi era maravillosa y es como la playa que me imaginaba en las islas exteriores de Okinawa.
La extensión de arena blanca y el agua poco profunda super limpia y hermosa.
Nos dijeron hace unos días que haría demasiado frío para ir al mar con en trajes de baño, pero de hecho, el agua estaba lo suficientemente caliente y casi nadie estaba dentro del agua bañandose..
Había muy poca gente, así que la vista no estaba mimada.
Lamentamos no llevar puestos nuestros bañadores, para haber disfrutado del momento.
Más tarde en el camino de vuelta al puerto, el color del mar era impresionante.;