[ Sept.2013 ] Después haberme decepcionado tanto la sopa que pedimos en una cafetería dentro del castillo de Praga, cuando estábamos caminando hacia el casco antiguo de la ciudad, encontramos un puestecillo de patatas fritas en la carretera
Compré unas patatas y continué caminando mientras me las comía.
Me parecieron muy buenas.
Después, al rato, en una pequeña plaza, había algunos puestos, uno de los cuales vendía jamón al carbón.
La poción era generosa, así que cuatro de nosotros comimos un plato.
De nuevo, estaba buenísimo.