[ Julio 2017 ] La ciudad de Marina di Ragusa en el sur de Sicilia en Italia, es un centro vacacional cuya población aumenta casi 20 veces sólo en verano.
Nos alojamos en esta ciudad para pasar nuestras vacaciones de verano este año.
Debido a que es un complejo vacacional, no pudimos encontrar ningún restaurante tradicional antiguo, únicamente aquellos con vistosos interiores con mariscos, que estaban muy repetidos en todas partes, que para nada me impresionaban.
Sólo en una ocasión, en un restaurante, vi que tenían pasta de erizo de mar, mi favorita, en el menú, pero la pasta era demasiado gruesa y pesada para mi gusto.
Me costó muchísimo digerirla.
Y lo peor fue el marisco mixto frito.
Cuando me la estaba comiendo, no estaba mal, pero después durante la noche, tuve la muy mala experiencia.
Al día siguiente, me quedé en la cama casi todo el día, posponiendo el tour que habíamos planeado para aquel día.
En la noche de ese día, finalmente estaba recuperada, así que fuimos a Ragusa de nuevo, para ver la ciudad por la noche.
Mucha gente decía que la vista nocturna de Ragusa era maravillosa.
Y así fue.
Cuando empezó a oscurecer, poco a poco las luces se iban encendiendo una por una en el casco antiguo, Ragusa Ibra, lo cual era increíble.
El ambiente era mucho más especial que durante el día y me sentí algo absorta, incluso se puede decir que sentí miedo.
Cenamos por la ciudad, pero antes que cogimos un tren turístico que llaman trenino (pequeño tren).
Nos enteramos durante este tour que hay dos catedrales en Ragusa, se llaman: La Cattedrale en la parte más nueva de la ciudad, Ragusa Superiore, y la otra es el Duomo en Ragusa Ibra.
En realidad, me había dado cuenta parcialmente, el día anterior cuando estuvimos allí.
Cattedrale y Duomo se traducen generalmente como catedral.
Cada una de estas catedrales tiene su propio Santo y siempre compiten entre sí.
Especialmente durante las festividades son los principales eventos para mostrar cómo son mejores el uno del otro.
Después del terremoto de 1693, originalmente estaban planeando construir sólo una catedral, pero siguieron discutiendo, sin llegar a ningún acuerdo y terminaron construyendo dos.
Entonces me di cuenta de que en el pequeño folleto llamado: «Las iglesias en Ragusa» no mencionan el Duomo, si no que lo nombran como: «Iglesia monumental».
El escritor sería partidario de la Cattedrale.
Debe haber muy buenos restaurantes en Ragusa, pero no los miramos en Internet de antemano, así que lo que comimos allí no era tan especial, aparte del postre.
En la foto podéis ver un pastel muy simple, de queso Ricotta, de renombre local, en la masa de pizza y en la capa superior había pedacitos de pistacho.
No tenía un sabor demasiado dulce, así que fue muy agradable.
En el camino de vuelta, el taxista nos paró en un lugar donde pudimos observar la inmensa panorámica nocturna de Ragusa Ibla.
La ciudad estaba flotando en amarillo, sobre un fondo negro, que jamas olvidaré.