[ Abr.2019 ] Visitamos el Palacio de Venaria en Piamonte, Italia, haciendo un viaje de un día desde Milán.
Se encuentra ubicado cerca de Turin y es el lugar donde se encuentra la Casa Savoy, la familia real del siglo 11.
Cuando llegamos encontramos que había una gran plaza, Piazza della Republica, al comienzo de una calle principal. También había un gran palacio mirando hacia la plaza, así que pensé que era un área solo llena de turistas.
Pero después de caminar un rato nos dimos cuenta que era un lugar normal, donde la gente vivía.
Habían varias cosas para hacer, así que antes de comenzar a visitar lugares decidimos comer.
Mi marido buscó restaurantes en internet. Eligió uno pero al llegar nos enteramos que solo abría por la noche.
La persona que nos dijo los horarios del restaurante nos recomendó uno llamado Il Convito della Venaria, que apuntaba a la Piazza della Republica.
Usualmente los restaurantes que se encuentran ubicados frente a plazas principales son para turistas por lo que la calidad de la comida suele no ser muy buena, pero este restaurante fue la excepción.
El interior era moderno y con estilo, tenía un impresionante candelabro azul.
Nos ubicaron en la planta baja pero cuando unas personas que entraron dijeron que tenían una reunión de negocios fueron llevados al piso superior.
En Italia cada zona se caracteriza por una comida en especial y Piemonte es una de las regiones mas famosas por su comida.
Dentro del menú había una opción económica, llamada «Piedmont lunch set», así que ambos elegimos esa.
Cuando mi marido ordenó, la moza con unos ojos muy bonitos, le preguntó «¿Su esposa puede comer carne cruda?»
Eso fue porque de entrada había filet tártaro.
No preguntamos si la carne era fassona, el ganado de Piemont, pero de todas formas estaba fresca y sabrosa. Vino con una linda presentación de queso y huevo.
La abuela de mi marido solía cocinar este plato, supuestamente, así que para él fue un sabor nostálgico.
El plato principal eran ravioles pequeños de carne.
Las nueces en polvo espolvoreadas sobre ellos estaban muy ricas.
El postre fue una mousse bien potente de chocolate.
Con el café sirvieron sus propias galletas de polenta que eran muy ricas.
En cuanto al vino, elegimos el Monferrato tinto y su sabor era fuerte, como nos gusta a nosotros.
Luego de nuestro almuerzo, mas que satisfactorio, nos dirigimos a la oficina que vendían boletos, que estaba frente al restaurante.
Vendían una gran variedad de boletos que combinaban el palacio, los jardines y el castillo.
Nosotros elegimos el que nos permitía visitar los 3 lugares. Nos costó €20 cada uno.
Aparentemente hay un descuento de €4 para los periodistas y mi marido murmuró «Que lástima que no hayamos traído tu tarjeta de prensa» (solía tener una).
La persona que venía los boletos lo escuchó y dijo «Los periodistas escribirían sobre el palacio así que te puedo dar el descuento» y me descontó los 4 euros.
Bueno, estoy escribiendo ahora, así que no era una mentira ¿no?
Por el horario del colectivo visitamos primero el jardín, luego el castillo y por último el palacio, como ella sugirió.