[ Dic.2019 ] Al parecer la gente come rana seguido a las afueras de Milán, Italia, sobre todo en el sudoeste de la ciudad.
Ya los habíamos comido en Pavia pero esta vez fuimos a un restaurante llamado La Ca’ di Ran (la casa de las ranas) que estaba en un pueblo llamado Moncucco di Vernate.
Se encuentra dentro de la provincia de Milán pero la atmósfera era muy diferente.
Era un restaurante simple y cuando nos sentamos a la mesa un hombre grande se acercó y nos preguntó «¿Quieren una entrada como salame?», «¿Que vino quieren, tinto, blanco o espumante?» y «Nuestros platos principales son las ranas fritas, los caracoles o pescados pequeños. Si quieren les podemos cocinar algo de carne también».
Ordenamos la entrada y no solo sirvieron algunos tipos de salame sino también ensalada rusa y pepinillos.
Mi marido eligió el risotto con rana como plato principal ya que esta zona es conocida por el arroz.
Yo pedí las ranas fritas.
Las ranas en si mismas no tienen mucho sabor y estaba fritas con un poco de sal. Con cerveza hubiesen ido muy bien.
Lucían grotescas pero me gustaron mucho.
En cuanto al vino era Barbera, pero no de Piedmont sino el local, que estaba un poco carbonatado.
Pedimos un postre cada uno y la cuenta fue de €64.
Fue un rico y simple almuerzo.
Por cierto, e grupo de personas mayores (6 hombres y 1 mujer) entró luego que nosotros y la mitad de ellos hablaban el dialecto local, por ejemplo, el número 500 en italiano es cinquecento pero ellos decían «cincen».
Muchas de las personas mayores en Italia tienen un gran apetito y ellos también. Se pidieron: Antipasto (entrada), Primo (pasta o risotto) and Secondo (plato principal).
Luego del almuerzo fuimos a la abadía de Morimondo, a unos 10km al norte de Moncucco di Vernate.
Era una abadía originalmente establecida por 12 monjes cistercienses que llegaron de Morimond, Francia, en 1134.
El hito era una gran iglesia de ladrillos.
La guía que estaba allí con un pequeño grupo de personas decía «Los monjes cistercienses eran prácticos y construyendo una gran iglesia protegían su monasterio que estaba atrás.
En su mejor momento habían 50 monjes en el coro y 200 hermanos laicos aparentemente.
Pero Morimondo se encuentra a mitad de camino entre Milán y Pavia y como estas ciudades vivían en guerra entre sí, la abadía fue dañada muchas veces y los monjes fueron asesinados.
Comenzó a decaer en el siglo 14.
Sus tierras les fueron expropiadas en 1561 y se les impuso la disolución de la comunidad en el año 1798.
Así que no hay monjes ahora.
La señora anciana en vendiendo los tickets nos dijo «No hay nadie ahora. Solo nosotras que somos como las monjas».
Tanto el coro como los claustros de al abadía eran muy lindos, pero entre tantas reliquias de nivel internacional el Italia, esta abadía es mas bien indescriptible.
Poniendo eso de lado, estaba soleado pero hacía frío. Tanto el fresco como la vista de la zona rural eran lindas y refrescantes.