[ Mar.2019 ] Nuestro amigo nos invitó a ver danza contemporánea, del artista japonés Saburo Teshigawara, en el histórico teatro The Colonet de Londres.
Cuando llegamos al teatro nos dimos cuenta que el lugar en si era interesante.
Me dio la impresión que en el espacio vacío que tenían le pusieron muchas antigüedades para crear una decoración excesiva.
Habían muchas alfombras de Oriente Medio y Afganistán, lo que daba la atmósfera única de una carpa nómade.
Me solían gustar mucho estas alfombras y mi casa solía tener ese estilo así que me sentí un poco nostálgica.
El piso del bar donde nos encontramos con nuestro amigo se inclinaba hacia abajo.
Busqué al teatro en internet y encontré que en el área del bar solían estar los asientos traseros.
Originalmente The Colonet abrió el 28 de octubre de 1898.
La primera producción se llamó «The Geisha», una comedia musical japonesa, que era muy popular en esos tiempos.
En ese entonces era un teatro con capacidad para 1.143 personas y lujoso, decorado en el estilo de Luis XVI, aparentemente.
Pero no duró mucho como teatro, 18 años mas tarde comenzaron a pasar algunas películas y para 1923 se convirtió totalmente en un cine.
En 1930, la capacidad se redujo drásticamente a 515.
En los años 70 hubo un proyecto para demolerlo y construir un edificio de oficinas pero fue salvado por una campaña que realizó la gente.
En 2004, fue reconocido como un edificio de grado 2.
Ahora The Print Room, un teatro y una compañía de arte, está manejando el Colonet.
Aparentemente lo compraron en 2014 con el plan de renovar todo el edificio pero eso todavía no se llevó a cabo.
Actualmente muestras las producciones en una pequeña porción del teatro, con capacidad para 195 personas. Ese espacio era la tertulia, en los comienzos del teatro.
Nos sentamos en ese pequeño teatro a ver a Teshigawara y, aunque no estábamos en las primeras filas, sentimos que el escenario estaba muy cerca.
El programa era «El idiota», escrito por Dostoevsky.
Lamentablemente no leí el libro así que no pude seguir la historia mirando el baile.
Mas allá de eso, quedé impresionada por los interesantes movimientos del Sr. Teshigawara, quién tiene 65 años, y su pareja Rihoko Sato.
Nunca había visto algo así y me sorprendí con los movimientos que no esperaba.
La lengua materna de nuestro amigo es ruso y nos contó luego que tuvo que leer «El idiota» en el colegio.
Parece que la historia se encontraba en lo profundo de su corazón porque se vio muy conmovido por el baile.
En un momento una rata corrió al rededor de ellos y mi amigo dijo «Está conectado con el nombre principal del personaje, Myshkin».
Antes de verla había hecho mis deberes y leí algunos comentarios de críticos ingleses, el punto principal de ellos era que el baile no mostraba adecuadamente la historia.
Pero es posible que esos críticos ingleses no hayan entendido en profundidad «el idiota», pensé después.