[ Sept.2013 ] Fui a Praga con mis amigos italianos.
Era la segunda vez que visitaba esta ciudad.
La primera vez fue en 1994, fue el año de después de que la República Checa y Eslovaquia se divorciasen y yo necesitaba una visa para entrar en el país.
Cuando el régimen cambió, la gente no podía permitirse el lujo de vestirse.
Recuerdo que mientras la ciudad era muy hermosa, la gente parecía bastante pobre y triste.
Así que estaba deseando ver cómo había cambiado durante aquellos 19 años.
Y me sorprendió ver que Praga se ha convertido en una ciudad turística masiva.
Las calles estaban llenas de turistas de todo el mundo.
Eran demasiados, ni siquiera se podía distinguir quienes eran los locales.
Al final no pude ver ningún ciudadanos checo común que no estuviese trabajando en el sector del turismo.
Probablemente, toman muy seriamente los ingresos del turismo.
Los servicios para los turistas estaban bien hechos.
No sólo los recepcionistas del hotel, si no que también los empleados de una pequeña tienda de recuerdos entendían italiano.
La ciudad no cambió y era hermosa como siempre.
Tuvimos suerte con el clima, también.