[ Ago.2016 ] En el tercer día de nuestra estancia en la Isla de Sado, Japón, salió un día soleado y encantador.
El clima cambió completamente comparado al día anterior.
Dejamos el agradable hotel “Ryokan Urashima” para ir a Nishimikawa Gold Park para extraer un poco de polvo de oro.
Es una atracción turística.
Ellos prepararon algo de arena incluyendo pequeñas cantidades de oro, y nosotros sólo teníamos que agitar y girar el tamiz especial.
Sonaba fácil pero de hecho fue un trabajo duro.
Tuvimos que inclinarlo durante 30 minutos, así que me cansé, y hacia el final trabajé de manera descuidada.
Aun así encontré tres pedacitos de oro diminuto, y ellos lo metieron en una tarjeta para mí y me lo llevé a casa.
Después de aquello, planeamos dar un paseo por Trai Bune, una bañera convertida en barco, yo estaba
deseando ir, pero como aparcamos nuestro coche cerca de Shukunegi Ciudad Vieja decidimos ver algo por allí primero.
Esta es un área listada en los distritos de Preservación Estatal como “La Aldea del Gran Edificio de Basura” y hay casas construidas hace más de 100 años, las cuales son raras en Japón.
Había una calle, llamada “El Callejón de los Ermitaños” Donde solían ir por ese callejón llevando los cadáveres al cementerio.
También había una especie de casa triángulo que fue construida en un pequeño banco de arena del río.
Algunas de las casa estaban abiertas al público y nosotros fuimos a una de ellas llamada “Casa Seikuro” que era de un armador.
Esta casa aparentemente tenía 200 años.
Allí había un guía que nos llevó alrededor de ella.
El comedor, la cocina, las habitaciones y demás eran preciosas, pero me sorprendió ver que su habitación llamada Nando era muy andrajosa.
Me pregunto si el pueblo japonés en el pasado menospreciaba el sueño.
Aún hay gente que vive en Shukunegi, pero cuando nosotros fuimos estaba muy tranquilo.