[ Julio 2019 ] En nuestro libro decía que Little Italy en Montreal, Canadá, era el nirvana de la comida, así que decidimos ir a visitar el lugar, aunque estaba lejos de la ciudad vieja que era donde nosotros nos estábamos hospedando.
Ir en metro parecía una buena idea así que decidimos buscar las estaciones.
Caminamos para un lado y para el otro en el centro de Montreal pero no notamos ningún cartel indicativo del metro, así que le tuvimos que preguntar a la gente en al calle.
La señal del metro resultó ser una flecha apuntando hacia abajo, que es bastante fácil de entender, ¿no?
Los vagones tenían ruedas de goma, como en París, y tanto los carteles con información dentro de los vagones como en las estaciones estaban solo en francés.
Incluso las máquinas expendedoras de tickets estaban en francés.
Tomamos la línea naranja desde Place d’Armes hasta Jean-Talon.
Hay un mercado llamado Marche Jean-Talon y al parecer es el centro de Little Italy.
El nombre de la estación era el mismo pero el mercado no estaba frente a ella así que caminamos hacia el mercado preguntándole el camino a las personas en la calle.
Gracias a eso pudimos ver las calles fuera de la zona turística del la ciudad vieja.
Para ser honesta, la apariencia de Little Italy fue decepcionante.
Nosotros fuimos a la Italian Town en Boston, USA, y era un lindo lugar con muchos restaurantes italianos, así que naturalmente estábamos esperando lo mismo, pero la atmósfera de este lugar distaba mucho a la de aquel.
Y a veces olía muy mal, el olor era similar al de las esquinas lejanas en los mercados de comida en Asia.
Esto es lo que pienso: en los comienzos éste era el lugar donde los inmigrantes italianos se establecieron y construyeron un pueblo, pero con el tiempo se fueron haciendo mas adinerados y se mudaron a diferentes lugares.
Y éste lugar se transformó en el primer lugar por el que pasaban todos los inmigrantes italianos que querían comenzar su vida en Canadá, ¿Puede ser?
Finalmente encontramos el Marche Jean-Talon que era un mercado de verduras enorme.
Habían algunos restaurantes de comida liviana al rededor.
Nuestro libro sugería comprar algún snack, como un sandwich, y seguir camino pero desde el momento que decidimos ir a Little Italy sabíamos que queríamos comer comida italiana, así que buscamos un restaurante en internet.
Parecía haber muchos restaurantes italianos en el área, pero como era tarde para almorzar, solo algunos estaban abiertos.
Fuimos a uno de ellos, llamado Bistorante Boccone.
El restaurante estaba manejado por personas que hablaban algo de italiano, como en el restaurante de la ciudad vieja.
Servían un menú fijo con ensalada de entrada y de postre tiramisu o brownie.
De plato principal yo elegí Fegato (hígado de ternera) y mi marido eligió conejo, que no estaba en el menú.
Debo decir que el fegato fue uno de los mejores que probé en mi vida.
Me gusta el fegato y usualmente elijo uno pero allí la carne era bastante gruesa y la cocinaron el tiempo justo.
El mozo parecía orgulloso de ese plato.
La copa de vino que tomamos estuvo buena también y cuando pedimos un espresso luego del almuerzo, le agregaron un licor como Baileys, estuvo muy rico.
Aunque estábamos muy decepcionados con la apariencia de Little Italy, nuestros estómagos terminaron muy satisfechos al final.