[ Mayo, 2013 ]En Munich, había muchos puestecillos vendiendo espárragos blancos.
Es el sabor de la primavera en Alemania.
Quería probarlos, así que en la segunda noche, me pedí un plato de espárragos para la cena.
El plato principal eran espárragos y guarnición de jamón.
Los espárragos con salsa de mantequilla estaban muy buenos.
Había otro tipo de espárragos, con otro nombre en el menú, cuyo nombre era nuevo para mí, así que cuando el camarero me preguntó, me decanté por la opción más sencilla, aunque después me arrepentí de no haber probado algo nuevo y diferente.
El restaurante se llama Ayinger, y lo encontré en internet.
Este es otro restaurante que estaba dirigido por una cervecería.
Dijeron que hay una fábrica familiar que se fundó en 1878, a 25 km al sureste de Munich.
A la mañana siguiente, decidí comprar algunos espárragos en uno de los puestos.
Me recomendaron un paquete de 3 kg, pero pesaba demasiado para mí, así que compré el de 1 kg.
Están listos para comer después de pelarles la piel exterior y de hervirlos durante 12 minutos.
Estaban riquísimos cuando los cociné en casa.