[ Aug.2016 ]El primer restaurante que fuimos en Varsovia fue Restaurancja Portretowa en el casco antiguo de la ciudad. Yo estaba deseando ver el interior ya que según pudimos ver en internet en el pasado fue una cervecería con más de 300años de antiguedad, pero al parecer hacía demasiado calor dentro y nos dijeron que nos sentásemos en una mesa exterior. Nuestra mesa estaba situada justo detrás de una estatua. Busqué después y descubrí que el hombre de esta estatua se llama Jan Kilinski, y que fue comandante del levantamiento de Varsovia a finales del siglo XVIII.
Primero pedimos bolas polacas (Pierogi) para compartir. La camarera era muy agradable y nos lo recomendó como el plato tpico polaco diciendo:»Siempre comemos Pierogi en Navidad». Elegí estofado de venado como principal. Estaba muy rico. Encontramos un vino polaco en el menú, así que nos aventuramos. Y bueno, no estaba muy bueno, para ser honesto.Al final de la comida, pedimos un vaso de vodka de cereza. La camarera nos invitó a la segunda ronda. Estaba muy bueno y era fácil de beber, así que muy peligroso. En Polonia se debe beber vodka, no vino.
Por cierto, cogimos un taxi para llegar a este restaurante. Cuando me senté en el asiento del copiloto, traté de ponerme el cinturón de seguridad. El conductor, un hombre gordo con la típica cara eslava, me indicó «No necesitas eso». Este tipo de cosas muestra el carácter nacional, ¿No es así?