[ Junio 2017 ] Durante el viaje que nos llevó a las principales ciudades del sur de Holanda, visitamos un parque en miniatura llamado Madurodam que está en los suburbios de La Haya.
Este lugar se estableció en 1952 con el fin de conseguir fondos para realizar una organización benéfica llamada Dutch Students Sanatorium, con el fin de ayudar a los estudiantes enfermos a seguir estudiando mientras se estaban recuperando de la tuberculosis.
El fondo inicial para construir este parque fue donado por los padres de un luchador judío, George Maduro, que murió en el campo de concentración de Dachau.
Por eso se llama Madurodam.
La ganancia de Madurodam sigue siendo donada a organizaciones benéficas holandesas por ayudar a los niños.
Hicieron una gran renovación antes del 60 años de aniversario en 2012 e introdujeron algunas atracciones interactivas utilizando las nuevas tecnologías.
Al hacerlo, los ingresos volvieron a subir.
No estoy familiarizada con este tipo de parques miniatura, así que no puedo comparar, pero estaba muy bien hecho.
No me sorprendió que los edificios eran muy reales, pero lo que ms me gustó fueron los pequeños detalles como los coches estacionados y la personitas tomando algo en una cafetería.
La única diferencia que precibí fue que había muy pocas miniaturos de bicicletas, siendo que en Holanda hay muchísimos cilistas.
De hecho, en aquel día de festivo, vimos muchísimos ciclistas circulando por la ciudad, tantos que casi nos arrollan.
Nuestra última visita a Ámsterdam, hace 6 años, también, estaba repleto tanto que mi marido me dijo «Una bici me hubiese atropellado, si nos llegamos a quedar un día más», pero esta vez fue peor.
Turistas como nosotros, que no están familiarizados con las calles, pasean tranquilamente y derepente aparecen cilistas, es muy sencillo sufrir un accidente.
Y algunos de ellos ignoran los semáforos, también, por lo que son peores que los coches.
Además de eso, los carriles bici son anchos y las calles peatonales son generalmente más estrechas, y a menudo cerradas debido obras.
En el Reino Unido, se oyen muchos incidentes en los que los ciclistas fueron atropellados por los automovilistas, por lo que los ciclistas suelen ser considerados como víctimas, pero allí, en los Países Bajos, son definitivamente asaltantes.
Así que yo también quería que crearan a más ferozes ciclistas en miniatura en Madurodam.
Por cierto, caminando por este parque, nos dimos cuenta de que hay muchos preciosos y magníficos edificios en los Países Bajos.
Podría usar el folleto que nos dieron como guía para un futuro plan de visitar este país.