[ Julio 2014 ] Nuestro viaje al Parque Nacional de Plitvice en Croacia estaba compuesto por 12 personas, de las cuales 7 eran italianos.
Entre ellos, había una pareja de mediana edad de Salerno, al sur de Italia.
Eran personas alegres, y tan pronto como nos subimos al autobús, empezaron ha hablar muy alto.
Durante el tour en el parque, hubo un momento en el cual nos llevaron a la cueva de esta foto.
El problema era que Daniella, nuestro guía, no nos explicó nada claro, así que subimos con esta pareja, y subimos las escaleras hasta el fondo de la cueva.
Cuando llegamos a la cima, esperamos a las otras personas, pero nadie vino.
Nosotros decidimos bajar, pero la pareja dijo «No, vinimos hasta aquí, no queremos volver» y se sentaron en un banco.
En el camino de regreso, nos encontramos con Daniella que iba a buscarnos, así que le dijimos que la otra pareja estaba arriba.
Ella maldijo en su lengua materna y corrió a buscarlos, pero al final no los encontró.
Fuimos en el tour sin la pareja y llegamos en el aparcamiento, donde teníamos que coger el autobús.
Sorprendentemente, la esposa de la pareja estaban allí y nos contó que el marido había ido a buscarnos.
Ella le llamó a él, pero fue difícil ponerse en contacto, ya que la señal móvil era débil en la naturaleza, pero finalmente volvió, sudando mucho.
Nunca lo olvidaré.
Este insidente me hizo pensar que tenemos que obtener la información sobre los lugares que visitamos en los tours y el calendario de antemano, así como el número de móvil del guía.
No nos perdemos intencionalmente como ellos, pero es posible alejarnos del grupo.