[ Julio, 2014 ] Había mujeres vendiendo sus productos de encaje al lado de la Catedral de St.Anastasia en Zadar en Croacia.
Al comienzo de nuestras vacaciones, compramos un par de centros a una de ellas.
Y en el último día, tuvimos rato libre antes del vuelo, así que dimos un paseo y eché un vistazo a uno de los boleros.
Entonces la señora que lo vendía fue directamente a por mi.
El Bolero no era tan bueno como pensaba una vez que lo miré de cerca, así que no quería comprarlo, pero la energía de esta mujer era tan fuerte que me abrumó y al final y lo compré.
Todo el mundo allí era de mediana edad o los ancianos.
Probablemente habían vivido el cambio de régimen y la guerra, así que se habían vuelto duros y emprendedores.