[ May 2017 ] En la última noche en Brno, la República Checa, salimos a las 8 pm para cenar algo ligero.
Queríamos probar la bodega de vino que nos recomendaron durante el paseo el día antes.
Nos dijeron que este lugar servía vino directamente desde los barriles, así que estábamos deseando ir, pero cuando llegamos, nos pareció que el lugar era demasiado pequeño y no había clientes en en aquel momento.
Además no tenía mucha pinta de servir buena comida, así que decidimos no entrar
Estábamos un poco decepcionados.
Tuvimos que buscar en internet y decidimos probar un restaurante italiano llamado Borgo Agnese que tenía buena recomendación.
Estaba ubicado fuera del caco antiguo y cuando llegamos allí finalmente, encontramos que el restaurante parecía bastante elegante.
Me sentí un poco fuera de lugar, pero no teníamos suficiente energía para buscar más, así que entramos y nos sentamos.
El interior era moderno pero había una ruina de algo al otro lado de la barrera de cristal que estaba al lado de nuestra mesa.
Le preguntamos a uno de los camareros y nos contó que pertenecía a una ruina de la iglesia del siglo XIII.
De todos modos, era un buen restaurante, así que nos dimos por vencidos con la idea original de «comer algo ligero» y comimos bastante, empezando con los entrantes.
Yp pedí lengua de ternera que estaba muy rica y sabrosa.
En cuanto a la principal, Pedí Raviolis con carne de conejo con salsa Amaretto, que eran excelentes.
Mi marido pidió como entrante de carne de codorniz y él eligió la pasta que es tan grande, llamada Pappardelle. con carne de conejo, como el principal.
Y tuve la fresa Pavlova que se servía con el sorbete de fresa y el merengue dispersándose alrededor.
Él pidió un pastel de almendra para el postre.
Todo estaba muy bueno, incluyendo el Grissini y otros panes.
Preguntamos si el chef era italiano y nuestro camarero nos contestó orgullosamente «No, todo el personal es Moravian y no hay extranjeros aquí, tenemos el objetivo de ser el mejor restaurante de Moravia».
De hecho, algunos de los menús no eran realmente comida italian, si no que más bien alimentos locales.
No importa quién estuviese cocinando, porque todos los alimentos eran muy buenos.
Este camarero nos contó orgulloso que vivió en Londres durante 11 años.
La factura fueron alrededor de £ 85 en libras esterlinas (alrededor de € 92 o $ 110), lo cual era caro para el nivel local.