[ Feb.2019 ] Cuando llegamos a la Plaza del Comercio en Lisboa, Portugal, decidimos buscar la pastelería Castella para descansar un rato. Ya habíamos estado en ese lugar en un viaje anterior.
Caminamos hasta el lugar donde creíamos que estaba y encontramos una iglesia con un tallado magnífico en la fachada. Así que entramos a visitarla.
Para ser honesta el interior era mucho mas simple y no tan impresionante como la fachada.
De acuerdo al cartel de información en la entrada el nombre de la iglesia era «Igreja de Noss Senhora da Misericórdia».
Para ser mas exacta, en el siglo 15 había una iglesia llamada Igreja de Noss Senhora da Misericórdia, que fue pedida por Eleonor de Viseu, esposa de rey Juan II.
Sin embargo la iglesia original fue destruida por el terremoto de 1755 y solo quedó la entrada.
Es esa la razón de por que solo la entrada era tan hermosa.
Aparentemente la entrada fue construida con un estilo manuelino, el estilo arquitectónico portugués que fue popular entre fines del siglo 15 y el siglo 16.
En el tallado se podían apreciar ángeles, flores, esferas armilares y algunas representaciones mas.
Luego de la visita seguimos buscando el negocio Castella pero no lo pudimos encontrar, entonces decidimos ir al café que estaba donde solía estar ubicado.
Mientras tomábamos el café lo busqué en internet y encontré que el negocio Castella que estábamos buscando había cerrado porque el dueño lo había vendido y otra persona decidió abrir la pastelería en otro lado.
Lamentablemente no tuvimos tiempo de visitar el nuevo negocio.
Luego del café llegó el turno de mi marido para cortarse el pelo.
Como ya les conté muchas veces, él suele cortarse el pelo durante nuestros viajes.
Algunos años atrás le habían hecho un muy buen corte en Coimbra, Portugal, así que esperábamos lo mismo de este lugar.
Le habíamos comentado al guía, el día anterior, sobre nuestra tradición y nos recomendó una barbería llamada «Figaro», así que pedimos turno allí.
Cuando entramos se veía una barbería tradicional y tenía un piso con un hermoso patrón con azulejos.
Decía en inglés «nos especializamos en cortes de cabello clásicos entre las décadas de los 20 y 50».
Teníamos cierta suspicacia desde el principio porque cuando llegamos, justo después de las 11am, horario en el que abrían, estaba todavía cerrado.
Luego cuando entramos a la hora de la reserva nadie nos dió la bienvenida.
Pero pensamos «si el resultado es bueno, no importa» y mi marido se sentó en la silla de apariencia antigua.
Un barbero joven comenzó a cortarle el pelo.
Durante el corte, un extranjero entró al lugar y otro miembro joven del staff le dijo «Con reserva el corte sale €25, sin reserva €35».
Eso es un poco raro, ¿no?
Cuando la novia del turista se sentó en una de las sillas, el barbero le dijo «esas sillas son solo para personas que se cortan el pelo».
Mientras trabajaban los barberos charlaban entre sí.
Aparentemente mi marido le pidió que le cortara mas el pelo pero el barbero le dijo «necesitás este largo para que tu pelo tenga forma».
El resultado fue un corte con raya al costado que estuvo bien cuando salió de la peluquería pero cuando se lo lavó al día siguiente era un lío.
Fue la peor experiencia que tuvimos en la historia del «corte de pelo en vacaciones».
Estaba tan mal que mi marido tuvo que ir a su barbero de siempre en Milán a los 5 días y el barbero le preguntó que había pasado con su pelo.
Portugal tuvo un duro momento económico al rededor de 6 o 7 años atrás y ahora que les va mejor aparecen algunos negocios con «tendencias» estúpidas.
Estoy segura que no van a durar mucho.