[ Julio 2019 ] Durante nuestra visita guiada en Quebec, Canadá, visitamos el seminario fundado por el primer obispo en Nueva Francia (la colonia francesa en Norteamérica) llamada François de Laval, que era un edificio blanco impresionante.
Luego de eso visitamos el viejo puerto de la ciudad.
Ese puerto solía ser muy importante en el siglo 19 ya que los barcos de gran calado amarraban allí y transferían su carga a botes pequeños que navegaban río arriba.
En esas épocas la construcción de barcos estaba en auge.
Sin embargo, el dragado de los ríos progresó y no necesitaron mas transferir la carga a botes mas pequeños, por lo que quedó obsoleto y el área se volvió complicada.
Desde 1980 comenzaron a remodelarlo y hoy en día volvió a ser lindo y seguro.
Bajamos por una calle e ingresamos a Lower Town, la viaja ciudad al lado del río.
Fue el lugar donde se asentaron los primeros pobladores cuando Samuel de Shamplain fundó la ciudad.
Dentro ese área hay una calle llamada rue de Petit-Shamplain y es el distrito comercial mas viejo así también como una de las calles mas angostas de Norteamérica.
La visita guiada finalizó en esa calle.
Era hora de almorzar.
Volvimos a un restaurante italiano que habíamos visto durante la visita, pero nos dimos cuenta que era un restaurante vegetariano así que decidimos no entrar y buscamos otro lugar que se especializaba en platos con conejo llamado Le Lapin Sauté.
Caminamos para un lado y para el otro buscándolo y al final estaba a la vuelta de donde habíamos finalizado la visita guiada.
Es una regla implícita que mi marido busca los restaurantes pero a veces creo que deberíamos hacer cambio de roles…
Frente a Le Lapin Sauté habían personas esperando a que se liberen mesas y entre ellos había una familia japonesa.
Luego de sentarnos en una mesa, otra familia japonesa entró.
Debe estar mencionado en un libro turístico japonés.
Los lugares donde van los japoneses suelen ser buenos.
Era un lugar bastante chico con mucha gente y un interior agradable.
Comí una ensalada con hígado de conejo.
Fue uno de los mejores 3 platos que comí en ese viaje.
El vino blanco producido en Quebec no era muy bueno.
Mi marido comió un estofado de conejo que venía en un tazón cubierto con un pedazo de pan, como el gorshok ruso, y se veía rico.
No comimos ni entradas ni postres y tomamos vinos. La cuenta fue 101 C$ (£63, €69, $76), que no era barato pero valió la pena.
De hecho la guía que encontramos dos días mas tarde, nos recomendó ese lugar.
Por cierto, el plato local no era el conejo sino algo llamado Poutine que son papas fritas y queso.
No las comimos.
Cuando nuestro guía tuvo a un turista ruso, aparentemente le dijo «Que me recuerda a nuestro presidente».
Luego del almuerzo satisfactorio, volvimos a la parte alta de la ciudad, llamada Upper Town, con el funicular (3.5 C$).