[ Abr.2019 ] En la segunda noche de nuestras vacaciones familiares en la Prefectura Akita, Japón, nos quedamos en Kakunodate, donde las edificaciones son como solían ser.
Según al mapa que obtuve en el lugar, el pueblo de Kakunodate fue construido en 1620 por Yoshikatsu Ashina, un señor feudal que gobernó en la región.
En la parte norte del pueblo esta la montaña Furushiroyama. A partir de allí se crearon 3 calles principal para construir el pueblo.
Solía haber otro pueblo ubicado del otro lado de Furushiroyama y por algunos desastres naturales como inundaciones e incendios, además de que el terreno estaba quedando pequeño, decidieron construir un pueblo nuevo.
En 1620 solían haber 250 casas samurai y 420 casas comunes en Kakunodate.
Lamentablemente el linaje de la familia Ashina terminó en 1656 y luego de eso la familia Satake-Kita gobernó el área.
El mapa decía «el distrito samurai, en particular, con sus calles angostas, permanece igual que hace 400 años».
Es un pueblo largo y angosto que se extiende de norte a sur. El lugar llamado Hiyoke es el centro del pueblo.
La parte norte es el área samurai y el sur es el área de comerciantes y artesanos.
Paramos el auto en el estacionamiento que está a los pies de Furushiroyama, que estaba lleno de flores de cerezo, y caminamos al rededor del distrito samurai.
A pesar de que la lluvia estuvo presente durante todo el día había mucha gente caminando con sus paraguas, ya que es una de las zonas turísticas del área.
Aparentemente hay 6 casas samurai abiertas al público y nosotros fuimos a una de ellas. Se llamaba Aoyagi, que estaba descripta en nuestro libro turístico como «el punto principal para los turistas». La entrada costó 500 yen (£3.65, €4.10, $4.60).
Aoyagi es la familia con 400 años de historia y dentro del área total de 10.000 metros cuadrados hay edificios antiguos y museos como el Museo de Armería de Akita.
Había un busto de hombre en el jardín con un rostro particular, que llamó mi atención.
No era Aoyagi, sino alguien llamado Naotake Odano
Odano era un samurai local y un familiar remoto de la familia Aoyagi, que ilustró el cuerpo humano en «Kaitai Shinsho», la primera traducción de un libro holandés sobre anatomía, publicado en 1774.
En la galería Kaitai Shinsho pudimos ver la copia de su primera edición.
También está el Kimono studio donde te podés vestir con un kimono.
Me encanta eso así que mi marido y yo nos vestimos con kimonos (2,000 yen por persona) y nos sacamos muchas fotos.
La persona en el estudio era una mujer no asiática y me vistió muy bien, pero no sabía bien como vestir a un hombre.
Mis familiares trataron de ayudarla y luego de un gran lío quedó bien, así que quedamos satisfechos.
En el museo pudimos ver la artesanía de la corteza de cerezo.
Luego de la visita caminamos un rato y vimos varios cerezos en flor. Su contraste con las casas samurai negras era muy lindo.
Aunque era fines de abril, la lluvia no paraba y aunque usaba mi campera liviana, tenía frío.