[ Octubre.2017 ] En el segundo día de nuestras cortas vacaciones en Porto Cesareo, en la región de Salento de Apulia, en el sur de Italia, alquilamos un barco y fuimos a la Isola dei Conigli (Isla de los Conejos) que está al otro lado del puerto de la ciudad.
El viaje comenzó desde el puerto pesquero, situado enfrente de nuestro hotel.
Era un día hermoso con el cielo azul y los pescadores que ya habían terminado de pescar vendían sus capturas o reparaban sus redes de pesca.
Llamamos al número de telefono que nos dijeron en el hotel, y un barquero apareció para recogernos, él trabajaba para los turístas en temporada alta, mientras que el resto del año era pescador.
Nos llevó por el puerto antes de visitar la isla.
Vimos las columnas griegas hundidas en el mar, de lo que se habló el día anterior en una de las torres de vigilancia que se dispersaban por esta región, así como en la isla, donde el barquero insistía en que era la forma de un corazón.
Sin embargo, no pudimos ver la forma desde nuestro nivel en el mar.
Eso me recordó a un grupo de personas que estaban haciendo fotos usando un dron.
Desde arriba, probablemente la isla es la forma del corazón.
También vimos algunas grandes piedras bajo el agua que fueron arrojadas desde barcos romanos en la época romana.
Esos barcos llegaron con las piedras para mantener el equilibrio de los barcos y los arrojaron para llevar aceites de oliva y otros productos a bordo y regresaron a Roma.
El agua de color esmeralda estaba muy limpia y transparente, con lo cual se podía ver a la perfección através de ella.
Vimos muchos erizos de mar, pero según el barquero, está prohibido cogerlos hasta marzo.
Él nis dijo: «Si vas a mercados negros, aún así puedes comprarlos».
Luego llegamos a la propia isla, nuestro destino.
Mi esposo aprendió a nadar allí cuando era niño y también disfrutó de la pesca.
No hay mucho que ver en la isla, así que pasamos un rato sin hacer nada en la pequeña y tranquila playa.
El cálido sol y el mar en calma nos hicieron sentirnos muy relajados.
Los colores del mar, que eran la mezcla de varios verdes y azules, eran tan hermosos que deseé poder llevarmelos a casa.
Mi esposo recordó un verano en el que pescó hasta altas horas de la noche y vio algunos conejos grandes, tal vez liebres…
Esta vez, era octubre y no había mucha gente, así que pudimos ver bastantes conejos danzando por allí, aunque aún era temprano en la tarde.
No eran grandes, sino de tamaño normal.
Más tarde supimos que esos conejos grandes murieron, entonces liberaron conejos comunes los cuales están bajo protección.
El mismo barquero vino a buscarnos a la hora correcta que concretamos con el, y volvimos a tierra firme.
Este servicio de barco cuesta 40 € (£ 36, $ 49), el cual me pareció razonable.
Más tarde, salimos a caminar para ver el atardecer.
Vimos una silueta de la estatua contra el cielo anaranjado y el mar, que conmemora a los pescadores que no regresaron.