[ Ene.2019 ] Cometimos un error muy grande cuando reservamos nuestras vacaciones de invierno en Tenerife, España.
Reservamos los vuelos y los hoteles por separados y las fechas no coincidían.
Por suerte una semana antes de que terminaran nuestras vacaciones tuve que entrar a la página web de la aerolínea por otro asunto y descubrí el error.
Así que tuvimos que reservar una noche mas de apuro.
Pensé que sería conveniente reservar un hotel cerca del aeropuerto así que terminamos pidiendo una habitación en San Miguel de Abona.
Pero cuando llegamos allí nos dimos cuenta de que habíamos cometido otro error.
Pensamos que habíamos reservado ese hotel en ese pueblo pero en realidad lo hicimos en Golf del Sur, que se encuentra en el municipio de San Miguel de Abona.
Esta era el área de hoteles para turismo masivo.
El nombre del hotel en el que nos quedamos era Sunset View.
Era un departamento con una cocina, el living y la habitación estaban separadas.
Era espacioso y debe ser bueno para la gente que quiere quedarse allí por un largo tiempo.
Había un shopping a lado del hotel que vendía cosas baratas y comida fea.
Parecería que los huéspedes de este hotel, y los que habían alrededor, se pasaban el día en la pileta e iban a cenar a uno de estos restaurantes del shopping.
Sin embargo, por suerte, había un pequeño pueblo pesquero llamado Los Abrigos al otro lado de una pequeña bahía donde la gente real vivía.
Creo que para la gente de Tenerife los turistas son necesarios para la economía pero por su mal comportamiento y estado de ebriedad en las calles, deben ser una molestia para los locales.
Así que creando áreas específicas para los turistas los aíslan.
Mientras se ponía el sol fuimos caminando para la bahía Los Abrigos.
Había un pequeño puerto y algunos restaurantes de frutos de mar al rededor.
Fuimos al local llamado Maria.
Elegimos el pescado llamado Boca Negra de la selección que tenían en una heladera, y que fue recomendado por el mozo.
Comimos calamar y pulpo como entrada.
Todo lo que comimos estaba muy sabroso, así que quedamos muy satisfechos con nuestra última cena en Tenerife.
Nos sentamos en una mesa afuera para poder ver el atardecer y el cielo se tornó rojo profundo.
Cuando terminamos la cena estaba completamente oscuro y era imposible caminar por la bahía sin una linterna así que nos tomamos un taxi.
Ese fue el final de nuestras vacaciones en Tenerife.
Antes de ir a Tenerife escuché que las islas no tenían una buena reputación. Pero al final no vimos a ningún turista borracho o comportándose mal y tuvimos unas hermosas vacaciones.