[ Abr.2019 ] Nos hospedamos en un ryokan, hotel de estilo japonés, llamado «Katakuri no Hana» frente al lago Tazawa, Prefectura Akita, Japón.
El exterior no tenía nada de especial pero el interior era lindo.
Nuestra habitación era una mezcla de estilo occidental y japonés con habitaciones, el problema era que habían muchos niveles dentro de la habitación.
Teníamos que ser cuidadosos sobre todo a la noche cuando íbamos al baño.
Dentro de nuestra habitación había baño pero sin ducha.
Por suerte la bañera privado al aire libre se encontraba cerrada, así que la usamos a la mañana y a la tarde.
Pudimos usar la bañera privada cuando quisiéramos sin costo extra, siempre y cuando nadie mas lo usara, lo que fue muy conveniente.
Podíamos ver el lago Tazawa desde la habitación y también desde la bañera.
La cena se servía en el restaurante a las 6 pm.
Cada plato fue sabroso y elaborado. La cantidad era generosa así que fue muy satisfactorio.
Lo destacable fue el Shabu Shabu de Wagyu (plato que tiene fetas muy finas de carne y vegetales) y la especialidad local Kiritanpo (plato con arroz japonés).
Mi marido y yo pedimos una degustación de sake japonés y algunos de mis familiares optaron por la cerveza local.
Las comidas en los ryokans son de las mejores experiencias en Japón, ¿no?
El desayuno la mañana siguiente también fue muy bueno.
El arroz blanco simple era tan rico que comí un montón.
Por cierto, el negocio en el ryokan era peculiar.
Al final de la sala había una exhibición de radios antiguas.
Aparentemente el coleccionista tardó 30 años en conseguir las 500 radios.
Todas fueron hechas y vendidas entre los años 1955 y 1985.
Se veían familiares, de hecho, ya eran reliquias del pasado, que no se ven hoy en día, lo que me hizo pensar sobre el paso del tiempo.
En el mismo local también vendían piedras semi-preciosas, como ágata.
La persona en el ryokan nos explicó «Son baratas porque se compran en el lugar de origen y se venden directamente» y eran realmente baratas.
Me compré de recuerdo un hermoso corazón de ágata con colores hermosos.
Estoy planeando de transformarlo en un colgante.
Como el nombre de este ryokan es Katakuri (flores de la familia de las liliáceas) había una foto de un campo con esas flores.
La foto mostraba el suelo lleno de flores lilas que eran muy brillantes y hermosas, así que cambiamos nuestro plan y decidimos ir a ver Katakuri Gunsei no Sato (aldea de racimo de lilas) envés de ver el campo de col de mofeta.
Katakuri me recordó a polvo de almidón, que es Katakuri-ko en japonés, no sabía que era el nombre de una planta.
Aprendí que Katakuri-ko solía hacerse con las flores de Katakuri.
Como la cantidad de almidón de la flor es tan pequeña, hoy en día hacen Katakuri-ko de papas y otras cosas.
Las flores de Katakuri florecen entre mediados de abril y principios de mayo, y como fuimos a la mitad de la temporada nuestras expectativas eran altas.
Lamentablemente ese día estaba lloviendo.
Dentro de nuestra familia tenemos dos reinas poderosas de la lluvia, así que solemos tener lluvia durante nuestros viajes familiares.
El tamaño del campo de flores es el mas grande de Japón pero cuando llegamos nos enteramos que lo mejor de la temporada ya había pasado.
Aparentemente las flores miran al cielo cuando está el sol, sino miran hacia abajo.
El día que fuimos de pase todas miraban para abajo porque estaba lloviendo.
Mas allá de eso las pudimos disfrutar.