[ May 2019 ] Mientras caminábamos a la tarde por Kakunodate, Prefectura Akita, Japón, un poster captó mi atención.
Decía «Piano Milagroso» en letras grandes y había un calendario con los conciertos.
Nos había llamado al atención el título así que miré los detalles y vi que iba a haber un concierto la mañana del día siguiente.
Era gratuito.
Así que fuimos a escucharlo a la Galería Hirafuku Memorial al día siguiente.
De acuerdo con nuestro libro turístico, la galería fue construida en memoria a los maestros padre e hijo de la pintura moderna japonesa, que nacieron en Kakunodate.
El padre es Suian Hirafukuy el hijo es Hyakusui Hirafuku.
Las pinturas están exhibidas en la galería, así también como otras pinturas relacionadas con Kakunodate.
Dice que el edificio está construido con un estilo de Europa del Norte pero me apena decir que me recordó a las tumbas que hay en Italia.
Cuando entramos encontramos que había un piano de color marrón con sillas al rededor en el hall, cerca de la entrada.
La persona encargada se acercó y nos explicó que significaba Piano Milagroso.
Según ella, un colegio primario en Jindai-mur, cerca de Kakunodate, gastó el 70% del presupuesto educacional en un piano en 1954.
54 años después, en 2008, encontraron el piano en una sala de almacenamiento, ya que no había sido usado en los últimos 5 años.
La pintura se le estaba saliendo, tenía rasguños en su superficie y sonaba bastante mal.
Pero comenzaron a tocarlo, luego de haber decidido que lo iban a tirar, y comenzó a sonar mejor.
La empresa que había hecho el piano, Yamaha, estuvo a punto de irlo a buscar pero se arrepintieron y decidieron quedárselo.
El grupo de voluntarios llamados ‘Oto o Tanoshimu Kai» (asociación de sonidos disfrutables) pensó en poner corteza de cerezo trabajada, la manualidad tradicional de Kakunodate, sobre el piano.
Hablaron con el artesano Masami Takahashi.
Justo él tenía guardada una corteza de cereza muy grande, esperando casi 30 años a ser utilizada en un proyecto de gran tamaño. Así que estaba listo para comenzar de inmediato.
Un tenor local Takehisa Honda y un pianista Toshiyuki Torii realizaron varios conciertos para juntar fondos para el proyecto, y finalmente en 2010 el piano fue finalizado y vuelvo a la vida.
Probablemente es el único piano en el mundo con corteza de cerezo.
Es una historia interesante pero creo que la persona mas inteligente es la que lo llamó «Piano Milagroso» porque eso atrae a la gente.
Ese día la pianista era Junko Taguchi, quién se graduó de la Academia Musical Musashino en Tokyo y ahora enseña a tocar el piano en al Prefectura Akita.
Tocó 6 piezas de Chopin, Saint-Saens y Debussy.
Yo pensé que las piezas fueron buenas pero mi hermana que es pianista fue crítica.
Bueno, era un concierto gratuito…
Estaban juntando donaciones para mantener el piano así que les di 200 yen.