[ Sept.2018 ] Llegamos al Teatro Nacional de Opera en Kiev, Ucrania, que era el último destino de nuestro tour.
El teatro se terminó en 1901.
Antes de este, había otro teatro en otra ubicación pero en el momento en que decidieron renovarlo, en 1896, se prendió fuego. Así que construyeron este en su lugar.
En el centro del edificio hay un busto gigante.
Es el poeta Taras Shevchenko, quien contribuyó mucho a la cultura de este país, aunque no estuvo relacionado con el ballet o la opera según nuestra guía.
Acá nos despedimos de Miloslava y entramos al teatro con Alina, nuestra amiga ucraniana.
Vimos el ballet «Romeo y Julieta».
Fue la segunda vez que vimos ballet en este teatro.
No recordaba la entrada al teatro pero cuando vi el techo, la recordé.
Una característica del teatro son las butacas que fueron elegidas teniendo en cuenta la acústica, según Miloslava.
Esta producción de «Romeo y Julieta» fue coreografiada por Antoly Shekera, que no me sonaba familiar. Es por eso que no me enganche en un principio pero lo terminé haciendo.
Hubieron menos actos en esta obra que en las producciones con la que estoy familiarizada, como por ejemplo la de Royal Opera House en Londres.
Creo que es la primera vez que ví a una Julieta rubia.
Compramos un programa, que sabíamos que no podíamos leer, y nos costó 30 hrivnia (£0.82, €0.94, $1.07).
Cuando lo abrimos habían cosas escritas en lápiz así que pensamos que nos lo habían vendido por error y se lo devolvimos al vendedor.
Pero aparentemente fueron escritas intencionalmente.
El programa tenía el nombre de los bailarines que bailaron esa noche y los nombres de los sustitutos fueron agregados en lápiz.
Nunca había visto un programa así.
Otra cosas que me sorprendió fueron los baños.
Habían muchos de ellos pero la mitad eran letrinas.
Posiblemente porque las letrinas, aun siguen siendo populares en muchos lugares del mundo.
Me conmovió mucho la obra y una vez que finalizó caminamos al restaurante que Alina había reservado.
Era un restaurante bonito llamado Korchima Taras Bulba(Korchima significa pub) con un estilo étnico.
Probamos 5 nalivka diferentes, una bebida alcohólica como un vodka con frutos rojos, arándanos, algunas especias y rábano picante; compartimos krovyanka (muy similar a la morcilla), deruny (panqueque de papa), ensaladas, etc.
Algunos platos eran muy inusuales para nosotros pero todo estuvo muy rico, aunque era mucho como para poder terminarlo.
Alina nos contó que en Ucrania, así también como en Georgia, el maestro del brindis, tamadá, es muy importante.
Cuando el tamadá dice «¡Budmo!», la gente responde «¡Hay!» y hacen fondo blanco.
Se hizo tarde y el restaurante se preparaba para cerrar así que no pudimos ver mucho pero tenía una esquina en la que te podías disfrazar.