[ Sept.2018 ] El primer restaurante que visitamos en Leópolis, en el oeste de Ucrania, fue muy interesante.
Fue bastante difícil encontrarlo porque está adentro de un edificio que no parecería tener un restaurante.
Incluso nuestra amiga local Alina estaba perdida.
Cuando tocás la puerta se abre una ventana y tenés que decir la clave.
Si no decís las palabras correctas, la puerta no se abre.
Creo que la clave era algo así como «gloria a Ucrania», en ucraniano.
La persona que abrió la puerta estaba usando un uniforme de combate desaliñado.
Cuando se cerró la puerta quedamos en una habitación pequeña que tenía una estantería que era una puerta, la cual conducía a un salón mas grande.
El interior estaba diseñado como un escondite para partisanos.
Este restaurante parecía ser mur popular y Alina dijo «Es mas grande que antes».
La comida la servían en recipientes de aluminio, como en ollas de camping.
El lugar estaba muy bueno y divertido y la comida deliciosa.
Particularmente nos gustó la salchicha larga, medía 50cm de largo.
El borsch también estuvo muy bueno.
Alina nos dijo «En Ucrania no podemos no tomar sopa en cada comida».
Luego del almuerzo nos divertimos sacándonos fotos con los uniformes militares y sosteniendo armas de juguete.
De acuerdo con su tarjeta, el nombre del restaurante era «Kryivka» pero la dirección era «en algún lado al rededor de la plaza Rynok.
Luego del almuerzo descansamos un poco en el hotel.
Nos hospedamos en el hotel Wien, convenientemente ubicado en el centro.
La persona de la recepción era bastante poco amigable, del tipo que a veces nos cruzamos en Europa del este, pero el portero era muy amable.
A la vista parecía hosco pero cuando le preguntamos donde podíamos encontrar un cajero automático, nos llevó hasta el mas cercano.
Él no hablaba en inglés pero nos comunicamos por gestos y descubrimos que se llamaba Ivan.
Nos dio una tarjeta del hotel para que no nos perdamos y por alguna razón también nos dio dulces.
En el kiosko frente al hotel compramos un rollo de papel higiénico con la cara de Putin, el presidente de Rusia, como recuerdo para nuestra amiga.
La relación entre Ucrania y Rusia no es muy buena, sobre todo luego de la revolución del 2014.
En el oeste de Ucrania, donde está Leópolis, a las personas les desagrada Putin mas que en otros lugares.
Cuando visitamos la ciudad mas adelante, fuimos a una cervecería llamada «Pravda». Vendían cervezas que tenían etiquetas que se burlaban de él.
Miramos el negocio rápidamente, pero parce que tienen la fabrica en el piso de arriba y la gente puede ir a ver como es todo el proceso.