[ Nov.2013 ] Respecto a los restaurantes en Roma, fuimos a los de la lista hecha por nuestros amigos que solían vivir en Roma.
Para la comida de ese día, fuimos al llamado Armando al Panteón.
Sabíamos que el Panteón estaba cerca, pero no lo encontré en nuestro mapa, así que pedimos un taxi, lo cual fue un gran error.
Nos dio una gran vuelta y al final, aparecimos justo al lado del Panteón.
El restaurante era muy pequeño, probablemente sólo unas 30 personas podían sentarse y comer.
No reservamos, así que tuvimos que esperar bastante rato.
Pero valió la pena.
Mi plato era sopa de calabaza.
Aunque dijo «sopa» era más como una calabaza hervida, con sésamo en la parte superior, lo que añadía un sabor muy agradable.
El pan empapado era sabroso, también.
Tomé pato asado con ciruelas y el postre era Semifreddo con frutos secos, los cuales eran muy buenos, me quedé muy satisfecha.
Desde nuestra mesa se podía ver la cocina.
Y había un cocinero bastante mal temperamento en la cocina, pero se veía que trabajaba duro.