[ Julio 2019] En nuestro segundo día en Halifax, Canadá, se suponía que teníamos un paseo en bote que tendría que haber sido una de las cosas principales de estas vacaciones.
Este paseo fue reservado por nuestra agencia de Londres y nos dijeron que el paseo era de avistaje de ballenas.
El nombre era Halifax Marine Wildlife Tour.
Lamentablemente el clima se puso peor y comenzó a llover y a hacer frío cerca de las 3 de la tarde que era cuando comenzaba el paseo.
El bote salió con solo 16 pasajeros.
Mi marido ya sospechaba porque no vimos ninguna señal de «avistaje de ballenas» en el puerto, y no vimos nada, ni delfines, ni focas ni ballenas.
La vista era gris por el mal clima.
Nos mostraron como agarrar un langostino en la visita y esa era toda la atracción.
Hubiese sido mejor si al menos hubiesen servido algunos platos con langostinos.
Como el bote se movió mucho, me sentí muy mareada cuando llegamos a tierra firme.
Como supimos para ese entonces, no había nada que ver allí. Deseé que el paseo durara menos pero el tiempo de navegación era de dos horas y media.
Una mujer nos daba información todo el tiempo leyendo sus apuntes y me cansé de escucharla.
Lo único que me pareció interesante fue que aparentemente el mar no le pertenecía a Canadá, sino a Gran Bretaña así que los canadienses le tienen que pagar 1 chelín de renta (moneda usada en Gran Bretaña hasta 1971 que vale 5 pence) todos los años.
Tienen una ceremonia para eso una vez al año.
Finalmente llegamos al puerto muy decepcionados y volvimos a nuestro hotel para recuperarnos.
«Al menos debemos tener una buena cena» nos dijimos, así que luego de descansar fuimos a un restaurante que había sido recomendado en internet.
Lamentablemente el restaurante estaba lleno pero tenían un bar casual en el piso de abajo así que fuimos allí.
Se llamaba Little Fish Oyster Bar.
Yo me pedí una sopa de almejas y abadejo como entrada y escalopes como plato principal.
Los escalopes estaban sobre una salsa hecha con maíz, pistachos y pedazos de tocino con algunas especias, y tenía un sabor único y delicioso.
Mi marido pidió de entrada mejillones y de principal los spaghetti con mariscos.
La salsa de los mejillones era excelente.
Él estaba satisfecho con el spaghetti también.
Gracias a esta comida rica nos recompusimos de la decepción del paseo en bote.
Bueno, es ese puntos las vacaciones por Canadá, que habían durado mas de dos semanas, se acercaban a su final.
En nuestro último día, antes de nuestro vuelo, visitamos el parque que nos recomendó el recepcionista del hotel pero no era muy diferente al parque que esta cerca de nuestra casa.
Lo único interesante fue el pequeño Titanic que flotaba en el estanque.
Halifax fue el lugar a donde eran llevados los sobrevivientes del Titanic, cuando el barco se hundió aparentemente y había un museo sobre eso en la ciudad.
Originalmente íbamos a volar directo desde Halifax hasta Londres pero esa ruta fue cancelada antes de nuestro viaje así que tuvimos que volar a Montreal y de ahí a Londres.
Además de eso, nuestro vuelo desde Montreal estuvo atrasado mas de dos horas, así que tuvimos un largo camino a casa.
