[ Sept.2019 ] La última comida que tuvimos en Rodas, Grecia, fue en el restaurante llamado Tverna Kostas que mi marido había encontrado en internet.
Está ubicado en la parte antigua de la ciudad pero está un poco alejado de la plaza principal.
Los restaurantes que daban a las plazas tenían personas que te invitaban a pasar muy enérgica y molestamente, pero en este lugar eso no pasaba.
Estaba tan tranquilo que nos preguntamos si estaba abierto pero cuando entramos había un grupo almorzando.
Así que dijimos «hola» y un hombre nos dijo «Por favor pasen» con una hermosa sonrisa.
Parecía un verdadero negocio familiar.
Durante nuestro almuerzo sus nietos e hija lo ayudaron.
Uno de los nietos tenía 3 años y el otro 4 aparentemente.
Y el mas chico se veía que tenía muchas ganas de ayudarlo, lo cual fue muy dulce.
De entrada comimos pulpo frito y queso feta con miel.
Yo pedí langostino saganaki de plato principal.
Mi marido se pidió el calamar relleno con queso feta.
¡Todo estuvo delicioso!
Nos pedimos el vino de la casa, de medio litro, dos veces así que tomamos 1 litro de vino.
No pedimos postre y la cuenta fue de €57, lo que me pareció razonable.
Nos sirvieron una taza de café griego de cortesía.
Estábamos tan satisfechos que se volviéramos a Rodas iríamos a ese restaurante nuevamente y también al restaurante italiano.
Luego del almuerzo caminamos por la ciudad vieja por última vez.
Era tan fotogénica que no nos aburrimos.
Por cierto, las ruinas que vimos varias veces durante nuestra estadía eran, aparentemente, de una catedral católica construida a principios del siglo 14.