[ Nov.2019 ] En Zaragoza, España, hicimos la mayoría de las comidas en el área de tapas llamada El Tubo, y fuimos solo una vez a un restaurante normal.
Se llama El Fuello que se especializa en comida aragonesa.
Según la información en internet, el lugar se suponía que había al mediodía hasta la media noche pero no era así.
Abría a las 7.30 de la tarde.
Esta clase de confusión ya nos ocurrió en España.
Fuimos al café mas cercano para matar el tiempo y pedimos una copa de vino y un omelette español.
No recuerdo el nombre del café.
La gente del lugar estaba sentada en una mesa jugando al ajedrez.
Fue sorprendentemente muy barato, solo €4 por dos copas de vino y un omelette.
Luego de comer eso todavía teníamos algo de tiempo así que caminamos al rededor del área y encontramos una iglesia con una hermosa torre estilo mudéjar.
Se llamaba Iglesia de la Magdalena.
Estaban en misa cuando llegamos.
La voz de la mujer flotaba desde algún lugar y 6 o 7 personas cantaban juntas.
Mi marido me dijo que la mujer que dirigía el servicio no podía ser una sacerdotisa en la iglesia católica pero que los devotos cristianos pueden liderarla.
Busqué información sobre la iglesia y encontré que data del siglo 12 pero el estilo mudéjar que se ve actualmente data del siglo 14.
El altar principal fue realizado en el siglo 18.
Luego de 17 años de restauraciones, reabrió finalmente en febrero de 2019.
Mientras trabajaban en la restauración encontraron una mesquita antigua y debajo de ella una calle del imperio romano.
Las personas pueden subir a la grande y hermosa torre del reloj y la vista desde allí es fabulosa, pero no hay ascensores.
Ahora el restaurante estaba abierto.
Éramos los primeros clientes de la tarde.
Lo primero que se ve en el restaurante es el interior muy decorado.
No se si hay otro lugar así pero habían muchas cosas colgadas.
Deben ser cosas relacionadas con la región.
Como era temprano para ellos, solo estaba abierta una parte del restaurante pero mas tarde nos dejaron ver el resto, que estaba muy decorado.
Mientras comíamos la gente del lugar entraban, tomaban algunos tragos y seguían camino.
Por ahí porque tuvieron elecciones hacía poco se los veía entusiastas hablando sobre política con el barman.
Lo que comimos fue carne.
Mi marido comió bife y yo comí dos porciones de carne de ternera y foie gras de pato.
Todo estuvo muy rico.
Compartimos una ensalada de espárragos, una jarra de sangría y pedimos dos postres. La cuenta fue de €64.50 (£55, $71), lo que me pareció muy razonable.