[Ene.2017 ] El segundo día en Cartagena, Colombia, un guía de mediana edad llamado Julio vino a conocernos.
Durante la mitad del día hicimos una excursión a pie en el casco antiguo de la ciudad.
Comenzamos desde el edificio amarillo cercano a nuestro hotel.
Hoy en día hay una fila de tiendas de recuerdos, pero solía ser una prisión.
Sin duda, había númerosos grabados en la pared de cada celda.
Desde allí, nos fuimos a la muralla de la ciudad desde donde pudimos ver el mar azul.
Esta ciudad fue establecida en 1533, pero la propia muralla fue construida en los años 60.
Cartagena prosperó como una ciudad comercial de oro y esmeralda, así que para protegerlos, trajeron esclavos de África y les hicieron construir la muralla.
Muchos países querían la riqueza de esta ciudad, así que británicos y franceses les atacaron.
En una ocasión, la gran tropa británica perdió sin nisiquiera luchar, porque muchos de sus soldados fueron asesinados por mosquitos.
Julio nos contó que entre los que vinieron a robar su riqueza, había un hombre británico llamado Drake.
Robó muchas tumbas y robó un montón de oro y esmeraldas, encima de aquello permaneció en la ciudad durante 48 días diciendo «si me dais más oro y plata, entonces me iré».
Al final consiguió lo que quería y se fue.
El lugar donde se hospedó es ahora un hotel.
Había un plato colgado en la pared, en el que ponía «Sir Drake»
Según Julio era un horrible villano, pero por lo visto en Reino Unido es considerado como una especie de héroe.
Fue comandante en la batalla de la Armada en 1588 contra España.
A pesar de todo, las casas de dentro de la muralla de la ciudad han sido en su mayoría vendidas o alquiladas por los propietarios colombianos a los extranjeros, los cuales han construido hoteles y restaurantes.
Estas casas coloniales tienen una estrecha entrada, pero la profundidad es grande y cuentan con un patio, si quieres comprar una, costaría unos 2 millones de dólares.
Frente a la Iglesia de San Pedro Claver, había una estatua de San Pedro hablando con un esclavo.
Allí Julio, se entusiasmó.
Pedro Claver era un sacerdote español que vivió en Cartagena durante 40 años para dedicar su vida a ayudar a esos esclavos.
En Cartagena taficaban con esclavos en la plaza, entonces Pedro Claver fue allí a comprar a los esclavos más débiles y los dejaba quedarse en su casa.
Luego los enviaba a buenas familias no como esclavos, sino como miembros de estas.
El esclavo de la estatua que estaba con San Pedro era una persona famosa, de hecho.
Al parecer sabía 20 lenguas africanas, por lo que trabajó para San Pedro como intérprete.