Comida en un restaurante popular

Comida en un restaurante popular

[ Ene.2017 ] En el día que tuvimos el tour turístico por Cartagena en Colombia, comimos en el restaurante que nuestro guía, Julio recomendó.

El nombre del restaurante era La Mulata y al parecer eso significa una persona que es medio negra y medio blanca.

Parecía un restaurante popular y cuando fuimos allí estaba casi lleno.

El personal trabajaba rápidamente.

Ambos comimos el pescado a la parrilla (lubina) con algunas hierbas y chili y el arroz de coco.

El platonos lo sirvieron con patatas y vinagre de pepino.

El pescado era bueno, pero me encanó el arroz dulce en particular.

Casi se me olvidó pero antes del plato principal, que servían la sopa de verduras, aunque no la pedimos.

Probablemente fue la parte del set.

Por desgracia había algunos cilantros, así que no la pode comer.

Julio, nuestro guía, nos llevó allí y encontró la mesa para nosotros, luego ya nos separamos de él.

Pasamos sólo unas pocas horas con él, pero nos dio la impresión de que él ama a su esposa.

Su esposa apareció muchas veces durante sus explicaciones.

Por ejemplo, cuando presentó a la Iglesia de San Pedro Claver diciendo «Se dice que la pareja que se casa en esta iglesia, nunca se divorciarán» y luego continuó con orgullo «Yo me casé aquí también».

Y en la plaza donde se convierte en una sala de salsa por la noche, le pregunté él sabía bailar también.

Él contestó «Sí, yo bailo con mi esposa».

Así que mientras lo estaba escuchando yo estaba pensando que debían ser una pareja muy buena, pero en un momento sadp dijo en voz baja «Pero ahora mi esposa está luchando contra el cáncer de mama. Vamos al hospital dos veces a la semana para recibir quimioterapia».

Y porque trabaja como free lance y no recibe un salario fijo, a veces no tiene suficiente dinero para la terapia y tiene que pedir el pago en cuotas.

Cartagena se divide en 6 zonas como Bogotá y Medellín dependiendo del ingreso de las personas y dijo que ellos vivian en la zona más pobre, la zona 1.

Nos sentimos muy tristes.

Mirándonosal ver nuestra ara de tristeza, él sonrió y dijo: «¡Pero soy feliz!».

No tengo ni idea de lo avanzadas que están las tecnologías médicas en Colombia y todo lo que puedo hacer es esperar que su esposa pueda superar la enfermedad y salir adelante.