[ Feb.2014 ] Fuimos a Trieste desde Milán en tren.
Trieste es una ciudad muy cercana con la frontera con Eslovenia, y su distancia con Milán es de unos 425km.
Cuando compramos los tickets, me sorprendí al oír que el recorrido era de unas 5 horas.
La mujer de la ventanilla de los tickets dijo: «Pero está lejos, ya sabéis» con orgullo.
El tren italiano de alta velocidad ‘Frecciarossa (Flecha Roja)’ no hace esa ruta, y cogimos el ‘Frecciabianca (Flecha Blanca)’ el cual es el segundo más rápido.
El interior era elegante y bonito como los Frecciarossas y muy cómodo.
Durante el trayecto disfrute mucho de las vistas y leí mi libro hasta que el tren llegó a Trieste suavemente.
Pero en el trayecto de vuelta, surgió un problema.
Paró en Verona, durante bastante rato y sin ningún tipo de explicación.
Despise de un rato, otro tren con destino Milan llegó la la plataforma contigua, así que nos cambiamos con otros pasajeros a ese otro tren.
No nos dieron ninguna tipo de disculpas.
Este tipo de cosas no pasan sólo en Italia, si no que también en muchas otras partes del mundo, aparte de en Japón.
Reconozco que sucede mucho mas a menudo en Japón.