[ Nov.2016 ] En nuestro segundo día en Jerez de la Frontera, España, tuvimos el día completo de turismo
Lo primero, el desayuno.
Como el desayuno no estaba incluido en el hotel nos fuimos a una cafetería que estaba a poca distancia, en la misma calle del hotel.
Comí un bizcocho de canela que estaba muy bueno, pero un poco demasiado polvoriento.
Degustar los pasteles locales, es otro placer de viajar, ¿No es así?
Después de esto, fuimos a Alcázar (Palacio) una de las principales atracciones turísticas de allí.
Hay muchos Alcazares en Andalucía.
Son palacios construidos por los reyes moros, en los que vivieron los nobles después de la reconquista.
El Alcázar de Jerez no era tan bonito como el de Sevilla o Córdoba, pero si que valía la pena visitarlo.
Históricamente este lugar fue creado por Tifa de Arcos, uno de los pequeños reinos musulmanes del siglo XI, y posteriormente desarrollado por Almohad.
Almohad es una dinastía islámica que se desarrolló en el sur de Marruecos por los bereberes en el siglo XII, que gobernó toda la iberia islámica por el año 1172.
Según lo que ponía en la placa de la mezquita de Alquézar, esta mezquita fue utilizada de forma privada, y es la única mezquita que se conserva en la ciudad , de las 18 mezquitas que había antiguamente.
Después de que Alfonso X conquistara la ciudad en 1264, la mezquita se convirtió en la Iglesia de Santa María, aunque nosotros no pudimos denotar ninguna señal de iglesia.
Por lo general las entradas a los Alquezar son de 7 euros, pero aquel día había una parte de las habitaciones oscuras que estaba cerrada, y fue gratis.
Aunque se supone que es una de las partes más importantes de la mezquita, yo lo disfruté de todas maneras, viendo la mezquita, los baños, también las vistas eran muy bonitas y los edificios interesantes.
Era un día cálido y soleado, pensamos: “ Sería genial retirarse por esta zona”.