[December, 2010] Fue un día festivo cuando llegamos a Córdoba.
Todas las tiendas estaban cerradas y las calles estaban bastante tranquilas.
Solo unos pocos turistas caminaban por allí.
El cielo estaba gris y pensé que era una ciudad bastante solitaria.
Pero a la mañana siguiente, me sorprendió ver a tanta gente caminando y todas las tiendas de souvenirs estaban abiertas.
La ciudad se despertó y se animó, pero creó una atmósfera poco profunda.