[ Nov.2018 ] En nuestra primer noche en Lincoln fuimos a un restaurante llamado Casa de Judíos.
Lo encontramos en internet y como se veía bien decidimos reservar una mesa allí.
Vimos el restaurante en nuestro camino de la estación al hotel, que estaba al final de «Step Hill» así que debíamos caminar bastante.
Como su nombre lo sugiere, aquí solían vivir judíos, y el lugar fue construido al rededor de 1170.
De acuerdo con la guía que compramos en la oficina de turismo, hay evidencia que aquí vivió una persona llamada Belaset of Wallingford, que fue colgada por recortar monedas en 1279.
El recorte de monedas era un crimen. La idea era cortar los bordes de tal manera que nadie lo notara, luego juntaban la viruta de oro o plata y las derretían para formar lingotes, que luego vendías, o monedas falsas.
Al lado de la Casa de Judíos hay una casa llamada Corte de Judíos, que se cree era una sinagoga.
Sin embargo, como fue muy renovada durante 300 años, no se puede ver rastro de eso.
Aprendimos luego, cuando visitamos la catedral, que en los tiempos medievales, solía haber una comunidad judía próspera en Lincoln.
En el siglo 13 un niño fue asesinado y la comunidad judía fue culpada por eso.
En ese momento se expulsó a todos los judíos del pueblo.
En ese momento Lincoln era el punto mas al norte de Inglaterra donde los judíos vivían, según el guía de la catedral.
Solía haber una comunidad judía en York, aunque para ese entonces ya habían sido expulsados.
Aprendimos que los nazis no fueron los primeros en perseguir a los judíos.
Ahora hablemos sobre el restaurante.
En internet habíamos encontrado información que decía que el edificio era del siglo 12, así que esperábamos un lugar antiguo y tranquilo. Lamentablemente la sala a la que nos llevaron, en el primer piso, estaba completamente renovada y no tenía nada especial.
No obstante, la comida estuvo rica.
Luego del appetizer de salmón, pedí una entrada de perdiz, que estuvo muy rica y la porción fue generosa.
Mi marido eligió burrata como entrada, la porción era muy chica y la decoración de vegetales era linda.
Mi plato principal fue urogallo.
Aunque era un ave de corral, no vemos estos platos muy a menudo, así que lo elegí.
La moza dijo «Es temporada de urogallo».
La textura era similar a la del pato y estaba muy sabroso.
Mi marido se pidió cordero como plato principal y le gusto mucho.
La mejor parte de la cena fue el postre, helado de queso de cabra.
Era muy inusual pero sabía excelente. Según la moza «A algunas personas no les gusta porque es un sabor muy peculiar».
Incluyendo una botella de malbec, el precio de la cena fueron £150, que no fue barato pero si muy satisfactorio.
En nuestra vuelta al hotel tuvimos que subir la pendiente escalonada.
La gente que venía bajando por allí eran todos jóvenes alcoholizados.
Una chica gritaba «¡No se choquen contra mi!».
Entendí que esta era una escena de la denominada «ebriedad».
La mayoría de ellas usaba polleras cortas, mostrando sus piernas desnudas.
Esta clase de personas también existen en Londres, aunque no los vemos usualmente.
Entiendo que en un pueblo pequeño, como Lincoln, en mas fácil verlos.