[ Marz0.2013 ] En Ostuni, en el sur de Italia, fuimos a un restaurante llamado Osteria del Tempo Perso.
Aparentemente, allí solía haber un horno de panadería en el siglo XVI.
Era como una bodega y era muy atmosférico.
La comida también era muy buena.
Después de la exquisita mezcla de entrantes, pedí un plato de carne, que fue excelente.
Mi familia también disfrutó de sus comidas.
Algunos eligieron pasta, y otros por ejemplo eliguieron gambas.
Y yo, como postre me pedí una tarta de queso ricotta.
Por cierto, para llegar allí, tuvimos un poco de desorden.
Primero elegí este restaurante en mi guía turística, y los llamé por teléfono para reservar una mesa y asegurarme de una hora exacta, estaba situado 100 metros en taxi del casco antiguo.
Luego reservé un taxi en el hotel.
Pero el conductor dijo que no puede ir porque el casco antiguo estaba cerrado ese día.
Decepcionada, llamé al restaurante nuevamente para cancelar la reserva, pero la persona en el restaurante dijo «Eso no es cierto. Los taxistas son siempre flojos».
Al final, pedimos el taxi, y después de una larga espera, llegó un Mercedes normal.
Pero era cierto que el centro de la ciudad estaba cerrado para los coches y después de una pequeña discusión entre el conductor y un policía, el taxi nos acercó hasta lo máximo posible y caminamos desde allí.
Cualquier cosa inesperada puede suceder en el sur de Italia…