[ Ene.2015 ] Por la noche en Hoi An, la ciudad antigua de Vietnam, nos invitaron a montar en barco de remo, así que probamos.
El barco era muy poco profundo y el agua estaba muy cerca.
La remera era una señora mayor (eso era lo que yo pensaba, pero ella quizas era más joven que yo),al menos tenía unos chalecos salvavidas en el barco.
Navegar por el río fue fantástico, ver las reflexiones de las luces de la ciudad en el agua.
Me sentía como si estuviéramos flotando en otro mundo.
Las orillas de ambos lados estaban llenas de gente, pero eran muy tranquilos y aquel ambiente purificaba mi alma.
La remera puso luz en las velas que había preparado y nos dijo que las pusiéramos en el río por un deseo, así que eso hicimos.
Naturalmente, sentí ganas de rezar.
Esta experiencia, fue el mejor momento de aquellas vacaciones, así que le dimos una buena propina.
Ella realmente parecía feliz, lo que nos hizo felices, también.