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[Nov. 2009] Después de disfrutar del fantástico paisaje de San Marino, un pequeño país de Italia, decidimos pasar la noche en Parma en el camino de regreso a Milán.
Se tarda unas dos horas y media en coche desde San Marino a Parma.
No habíamos planeado de quedarnos aquí por la noche, por lo cuál no habíamos reservado ningún hotel, pero encontramos una habitación libre en un hotel llamado Stendhal.
Era un confortable hotel de 4 estrellas con una decoración anticuada.
Después de llegar, nos pusimos a buscar un buen restaurante para ir cenar.
Después de deambular por un rato en busca del restaurante que encontramos en nuestra guía, descubrimos que el restaurante estaba lleno y no se podía ingresar.
Le pedimos una recomendación a un desconocido que paramos por la calle y nos dirigimos siguiendo su indicación.
Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que era un restaurante sencillo o una cafetería, y estábamos bastante aprensivos, pero la comida estaba deliciosa.
Los entrantes eran jamón de Parma y queso parmesano.
Son locales, ¿no?
El plato principal fue un bistec de hamburguesa con una mezcla de carne de res y de caballo.
Había jamón debajo de la hamburguesa y la salsa era ligera y deliciosa.
Después de la comida, dimos un breve paseo de regreso al hotel por las calles donde las farolas de la noche creaban una atmósfera misteriosa.
A la mañana siguiente, el tiempo no era bueno.
Se suponía que tenía que regresar de Milán a Londres por la noche, así que nos apresuramos a ver Parma.
En la Piazza del Duomo en el centro de la ciudad, solo entramos en el baptisterio.
Este baptisterio fue construido desde final del siglo XII hasta principios del siglo XIII y es octogonal.
Está hecho de mármol rosa claro.
Una vez dentro, me fascinaron los frescos del techo.
Es una pena que no pude tomar una buena foto porque estaba oscuro.
Según Wikipedia, este baptisterio es un modelo de un hotel llamado Il Palazzo en Fukuoka en Japón.
Mirando la foto, el frente es ciertamente como un baptisterio.
Sin embargo, los colores son rojo y verde, lo que parece un poco chino.
Hay una catedral al lado del baptisterio, pero probablemente no pudimos entrar porque era domingo (después de eso, entramos allí en 2016).
Las estatuas de leones sobre la mesa eran impresionantes.
En Parma, un mercado de comida estaba abierto y mucha gente estaba comprando en un clima que parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento.
No está claro si este fue un día especial o si siempre hay mercado los fines de semana.
Parma es conocida en todo el mundo por su comida.
El queso, el jamón y otras comidas deliciosas estaban por todas partes y me sentí emocionado.
Para mí, esta fue mi primera experiencia con Parma, pero la he visitado muchas veces desde entonces.
Siempre que vamos a Parma, por supuesto, la comida es el objetivo principal.
