[ May 2017 ]Nos levantamos muy temprano de nuevo, esta vez para ir a Roma.
Esta fue la primera vez que iba al aeropuerto de Fiumicino de Roma en 35 años, aunque si que habíamos padado por allí por tránsito hace unos años.
De hecho, es un aeropuerto bastante grande y el área de control de pasaportes era enorme, comparado con el de Milán que a menudo suelo ir.
Estaba sorprendentemente lleno de gente.
Desde el aeropuerto hasta la estación de Termini, en el centro, se puede ir en tren, pero para llegar al hotel, tuvimos que coger un taxi desde allí.
De acuerdo con nuestra guía turistica, la tarifa de taxi desde el aeropuerto hasta el centro es un precio fijado alrededor de 40€, así que decidimos coger un taxi desde el principio.
La guía que tenemos fue publicada en el 2010, por lo que el precio ha subido un poco a 48€, pero pupimos llegar rápida y fácilmente.
Fuimos al hotel demasiado temprano para el check-in a nuestra habitación, así que dejamos nuestro equipaje en el hotel y fuimos a comer a un restaurante que los propios receocionistas del hotel nos recomendaron.
Era un restaurante llamado Il Piccolo Mondo en Via Aurora, especializafdo en platos de Roma.
Fuimos los primeros en llegar allí, ya que era bastante temprano para comer y me sorprendí bastante al ver que los segundos clientes eran japoneses.
Después, el camarero nos explicó que la embajada japonesa está situada muy cerca y también que una revista japonesa publicó un articulo de este restaurante una vez, por lo que tienen muchos clientes japoneses.
Al parecer, este restaurante lleva mucho tiempo funcionando y cuenta con 70 años de historia.
Como entrantes compartimos los varios platos fritos (croquetas de carne de jabalí, flores fritas de calabacín con anchoas, bacalao seco y queso) surtido de salami y queso
Las flores de calabacín estaban buenisimas así que pedimos una ración extra.
Mi plato principal era Saltimbocca de ternera y mi marido eligió Carbonara, ambos son platos muy típicos en Roma.
La pasta de Carbonara estaba muy Al Dente, tanto así que yo diría que no estaba lo suficientemente cocinada,
El vino que elegimos fue Prinitivo, que no era de Roma, si no de Apulia, al sur de Italia.
Pero era un vino que me gusto muchisimo , con lo que le hice una foto , y a los dias fui a una tienda de vinos a comprarlo.
En conjunto con los postres, la factura fue de unos 135 euros, que no era barato precisamente, pero nos quedamos muy muy contentos con los platos italianos quer comimos.