[ Abr.2019 ] Tuvimos algo de tiempo antes del vuelo así que visitamos Lodi, un pueblo que está 30km al sudeste de Milán, Italia.
No es un pueblo conocido mundialmente pero tiene una larga historia que data de los tiempos del imperio romano y actualmente es un centro de transporte.
Hay una catedral hermosa allí.
Vimos que la catedral, ese domingo, abría recién a las 3.30pm así que decidimos almorzar algo antes de ir.
El restaurante al que fuimos, que fue recomendado en un sitio web, se llamaba Isola Caprera.
Se encuentra ubicado un poco alejado del centro del pueblo y tiene una atmósfera de Agriturismo (restaurantes y hoteles atendidos por granjeros).
De acuerdo con el sitio web, 3 generaciones de la familia Meani atendieron ese restaurante y ofrecen el menú tradicional de Lodi.
Cuando ingresamos a su sitio web notamos unos pavorreales sentados en uno de los balcones.
La parte exterior del edificio no tenía nada especial pero el interior era bonito.
Me imagino que algunas personas deben rentar ese lugar para casamientos.
Nos ubicaron en una mesa con vista al jardín.
Había un pavorreal siguiendo a dos patos por todo el jardín, era gracioso.
El lugar sería inclusive mas bonito en la primavera, con flores y un mejor clima.
Un mozo con presencia, y con un diámetro de cintura no menor a 130cm, se nos acercó y nos ofreció el menú de vinos.
La mayoría de sus vinos eran bonarda, que tiene un poco de gas.
Aparentemente, bonarda es el varietal que nació a pocos kilómetros de Lodi, así que es definitivamente local.
Usualmente no tomamos vino tinto gasificado pero pedimos una botella para la ocasión y terminó siendo muy rico.
Me había imaginado que sería suave pero resultó tener 13.5% de alcohol y el sabor firme que tanto nos gusta.
Para la entrada compartimos un plato con variedad de jamones, salames, quesos y vegetales.
Mi marido pidió conejo como plato principal y yo pedí codorniz.
Mi codorniz vino con muchos vegetales, estuvo muy rica.
Pero tanto el conejo como la codorniz tenían muchos huesos, por lo que ambos consideramos que podríamos haber comido mas carne.
Para el postre mi marido pidió semifreddo y yo una torta seca con mermelada, no puedo recordar el nombre.
Nos salió €86.50 (£75, $97), lo cual no estuvo nada mal.