[ Nov.2019 ] Los levantamos temprano y esta vez nos dirigimos a Zaragoza, España.
Primero volamos hasta Madrid.
Por la niebla en el aeropuerto de Londres, Heathrow, nuestro viaje se demoró media hora pero el vuelo el si estuvo bien.
Desde Madrid tomamos el tren a Zaragoza.
En la oficina de Renfre (tren español), dentro del hermoso aeropuerto d Madrid, compramos los boletos de tren ida y vuelta a Zaragoza, que fueron mas caros de los que pensábamos (€93 por persona).
El tren a Zaragoza no sale del aeropuerto así que tuvimos que ir a la estación Atocha, combinando en la estación Chamartín.
Tardamos mas o menos una hora desde el aeropuerto hasta Atocha.
Por suerte teníamos tiempo hasta que saliera el tren a Zaragoza, 3:30pm, así que almorzamos en la estación Atocha.
Teníamos mucha hambre y comimos un gran almuerzo.
El plato principal era cordero con hueso que parecía que había sido cocinado por varias horas y estaba muy rico.
La comida estaba excelente para un restaurante de estación de tren.
Incluyendo media botella de Rioja, la cuenta fue menos de €40.
Por cierto, antes de subir al tren tenés que pasar por seguridad, así que hay que llegar temprano.
Fuimos a la parte de seguridad media hora antes de que saliera el tren y vimos una larga fila, lo que nos preocupó.
Por suerte la fila avanzó rápido así que no tuvimos problemas, mas allá de que el tren saliera un poco mas tarde porque se había activado al alarma.
Olimos cigarrillo y probablemente ese fue el problema.
El viaje tomó 1 hora y 20 minutos desde Madrid a Zaragoza.
La última estación del tren era Girona.
El paisaje desde la ventana era muy seco, lo que me recordó a Napoleón que dijo «África empieza en los Pirineos».
Llegamos a la estación de Zaragoza que era muy moderna y tenía espacios grandes y de buen gusto.
Usualmente vemos esta clase de estaciones en España y cada vez que veo una me pregunto si será otro despilfarro de su anterior primer ministro Zapatero.
Había una oficina de información turística dentro de la estación así que pedimos sugerencias allí.
El señor que nos atendió no era particularmente amigable pero nos dijo varios lugares que podíamos visitar de manera gratuita al día siguiente.
Nuestro hotel estaba en el medio de la ciudad y se llamaba Vincci Zaragoza Zentro.
La habitación era aburrida pero el desayuno estuvo muy bueno.
Y la ubicación era excelente.
Podíamos volver al hotel cuando nos cansábamos de caminar por la ciudad.