[ Abril.2018 ] Nuestro última comida en Buenos Aires en Argentina fue en un restaurante llamado Prosciutto en Junin Street, la misma calle donde estaba el estudio de lecciones de tango.
El nombre sugiere que era un restaurante italiano, pero está en Buenos Aires, así que había muchos platos de carne.
Los restaurantes en los que habíamos estado hasta ahora eran todos modernos, pero este era diferente.
El ambiente era similar al de muchos restaurantes antiguos en Italia y los camareros eran todos de mediana edad.
Los clientes también eran en su mayoría mayores y parecían todos locales.
Compartimos el surtido de jamón, queso y vegetales marinados en vinagre como entrante.
El principal, fue el último solomillo que comimos en nuestras vacaciones.
La carne era agradable y tierna, aunque podría haber sido mejor si la hubieran cocinado menos.
Para el postre, compartimos una tarta de merengue.
El vino allí también estaba muy bueno.
Recientemente, cuando encontramos buenos vinos que nos gustan en restaurantes, le hacemos una foto a la botella y la pedimos online.
Sin embargo, los buenos vinos que bebimos durante estas vacaciones no parecen estar a la venta en ninguna página web europea, lo cual es una verdadera lástima.
Después del almuerzo, cogimos el Subte, el subterráneo, para llegar a la zona de Plaza de Mayo.
Lo último que hicimos durante estas vacaciones fue visitar algunos museos.
Uno era Museo Casa Rosada, que está detrás de Casa Rosada (la oficina del presidente) en el lado derecho.
Era gratis entrar.
Está construido sobre las ruinas de la antigua casa de aduanas y explica la historia de Argentina.
Era un lugar interesante pero toda la explicación era solo en español, así que no pude entender mucho.
Los videos que estaban mostrando parecían especialmente interesantes y me hubiese encantado que tuvieran los subtítulos en inglés.
El siguiente lugar al que fuimos fue el Centro Cultural Kirchiner.
Este museo está situado no muy lejos de Casa Rosada, pero en el lado izquierdo.
Es un magnífico edificio, que solía ser la oficina central de correos.
Nuevamente, se podía entrar de forma gratuita.
El exterior era un edificio de aspecto histórico, pero por dentro era muy moderno e innovador.
Hay algunas salas de exposiciones y salas de conciertos dentro del edificio.
El día que nosotros estuvimos allí, en el segundo piso, había una exposición de vestidos de novia de Jean-Paul Gaultier.
Nos unimos a la fila para verlo.
El tema era algo así como «Matrimonio sin importar el género o la raza» y tal vez, debido a eso, muchos de los televidentes eran parejas homosexuales.
En los pisos superiores, vimos algunas exposiciones de fotos.
Descubrimos que, en el sexto piso, mostraban algunas fotos del lado oscuro de las ciudades japonesas y, en el séptimo piso, la vida del campo japonés en la prefectura de Shiga.
Ambas series de fotos fueron proyectadas en la pared una a una a gran escala.
Me gustaron las fotos de la vida en el campo de una pareja de ancianos, probablemente los abuelos del artista.
Fueron capturados con cuidado y resonaron en mi.
Me pregunto cómo lo sentía la gente de Buenos Aires.
Estas fotos fueron obra de una fotógrafa japonesa llamada Rinko Kawauchi.
Ese fue el final de nuestras largas vacaciones en Buenos Aires.
En el camino de regreso, tuvimos que cambiar vuelos en el aeropuerto de Madrid.
Allí, sentí que finalmente recibí una respuesta a mi pregunta durante estas vacaciones, la cual era: «¿Por qué América del Sur no prosperó como Estados Unidos?».
Llegamos de Argentina, que está fuera de la UE, y solo queríamos llegar al fin a Reino Unido, que es donde vivimos, el cual está fuera del Acuerdo de Schengen, pero para coger el siguiente vuelo, teníamos que pasar por el control de pasaportes para entrar en España y luego salir de España.
En estos controles, tuvimos que esperar mucho rato.
Entonces, supongo que este nivel de desorganización de los españoles contribuyó a la atmósfera caótica de Sudamérica.
Bueno, el diseño del aeropuerto de Madrid es el más hermoso del mundo que he visto hasta ahora.